XLVI

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Nota: 

Mis queridos lectores, desde ahora Noctis será el único pelinegro y Gladio tendrá un castaño oscuro. Se los digo para que no se confundan, porque yo me equivoque con el tono de cabello de Gladio, ya que antes escribía que era un pelinegro.


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Me encontraba sentada en los asientos traseros del Regalia, en medio de Noctis y Prom mientras estos dos jugaban a pulsear con mis piernas sirviendo como mesa para sus codos. Un juego bastante simple y que llegue a jugar mucho en mi niñez a decir verdad. Consistía en un enfrentamiento entre dos jugadores, en donde ambos se agarraban de la mano e intentaban derribar al otro jugador. 

En una situación ideal, el juego debería ser encima de una mesa en donde ambos jugadores pudieran apoyar sus codos y trata de llevar la mano del adversario contra la mesa. Pero como estábamos en un carro en movimiento, estaba en medio de ambos y ellos por separado me ganaban por 2 puntos. Pues mi piernas servían para no solo servir como mesa, sino que también para definir donde estaba el medio.

Tanto el principito como el Chocolover estaban bastante concentrados en ganar el ultimo punto para ser el ganador, por lo que se estaban demorando mucho en la partida. Mientras yo los miraba aburrida, apoyando mi cabeza contra el asiento, deseando que el juego llegara a su fin. Y es al principio podría haber sido emocionante, pero al ver como el juego trataba prácticamente de tan solo ellos dos y yo solo perdía. Pues se empezó a volver algo obvio el quien ganaría además que también odiaba perder. 

Las dos únicas veces que he ganado habían sido contra Noctis, y en ambas ocasiones estaba cien por ciento segura que él me había dejado ganar. Aunque estaba agradecida por ello, también estaba refunfuñando, algo sorprendente en mi. Ya que aunque no me gustaba perder, nunca había sido tan competitiva en juegos o competencias. Por otro lado, estaba algo orgullosa ya que aunque mi fuerza no se comparaba a la de ellos, por lo menos era mucho mas fuerte que la antigua yo, la del inicio del viaje. 

Los dos hombres mas grandes del grupo estaban adelante, Ignis manejando e ignorando los comentarios que los dos jóvenes a mi lado se hacían entre ellos. Mientras el grandote iba leyendo un libro y mirándome de vez en cuanto el rostro por uno de los espejos, divirtiéndose con mi aburrimiento. Algo que no era para menos ya que estábamos alrededor de una hora o dos y tantos minutos sentados en el carro.

─Podrían explicarme por favor por que estamos yendo a cazar a un Begimo? ─ pregunte muerta del aburrimiento y queriendo no solo crear un tema de conversación, sino que también esta nueva aventura a la que estábamos yendo. 

No era un sorpresa que los chicos, especialmente Gladio, me hubiera dicho que nos íbamos a ir a una misión. Para mi sorpresa, no me habían dado mas información que esa, solo que iríamos a cazar una criatura, pero tan solo con los ojos iluminados y llenos de emoción del grandote lograron convencerme. Aunque en estos momentos me estaba empezando a arrepentir porque en mi mente me empecé a imaginar criaturas gigantes y horripilantes las cuales seria difícil de ganar. 

Además que estando ahora en mi periodo, me encontraba incomoda y con miedo de que me fuera a manchar, por lo que lo ultimo que quería era encontrarme con criaturas igual de grandes como el dragón. O hasta igual de horripilantes que la serpiente gigante.... o la mujer serpiente.

─No te sorprendas ─ comento Gladdy dejando el libro de lado para voltearse a verme, mientras yo sentía un escalofríos ir desde la punta de mi pies hasta mi cabeza por el pensamiento de la serpiente. ─ Con los músculos que tienen, la textura de la carne será de primera. Aunque nunca lo pobre, es mejor ir antes que nos ganen.

Final Fantasy XV [Noctis y Tu]Where stories live. Discover now