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JungKook

¿Entrenar? Ella quiere… No. Definitivamente jamás voy a hacerlo.

Camino con Nam a las puertas de vidrios desplazándonos al otro lado de donde se encuentra Maggi sentada. 
Nam alcanza la puerta corredera de cristal y la jala el resto del camino para cerrarla. 

—¿Ella no tiene ni idea de Hye Lee y de Taehyung? —pregunta, cómo sabía que haría. 

—No, pero voy a tener que contárselo. Necesitará estar pendiente de sus alrededores a todas horas. Ahora más que nunca. 

—No puede quedarse mucho aquí —dice Namjoon, mirando a través del cristal para verla sentada afuera en el sofá, mirándonos—. Tú tampoco. 

—Lo sé —digo—. Cuando Lee descubra su participación en el asesinato del 
restaurante de Choi, Taehyung sabrá de inmediato que yo también estoy involucrado. Él no es tonto. Si Maggi está viva, Hye Lee sabrá que la estoy ayudando. 

—Y ya que Taehyung sospecha que ahora volvimos todos contigo —añade Nam—, ella está en tanto peligro en cualquier lugar a nuestro alrededor como lo está contigo. 

—Sí, lo está. 

Nam me niega con la cabeza, con una leve sonrisa detrás de sus ojos. 

—Sabes que si la quieres a tu lado, deberá aprender lo básico. Sé que suena ridículo pero…

—Es ridículo—lo corto— La respuesta es no. Siempre va a serlo, así que no pierdas tu tiempo ni el mío hablando sobre eso.

Me mira fijamente.

—No estoy enamorado de ella —le aclaro porque sé lo que está pensando—. Simplemente es importante para mí. 

—Quizás no —dice y empieza a dirigirse a la cocina—, pero parece que el amor y el afecto acarrean las mismas consecuencias, hermano mío. —Lo sigo hasta la brillantemente iluminada cocina y abre un armario—. Pero estoy aquí para ti. Lo que sea que necesites que haga para ayudar, lo haré. —Me apunta brevemente desde el armario con una barra de pan en su mano. 

La ama de llaves de Nam llega a la cocina, regordeta y más mayor que nosotros dos, precisamente la clase de mujer por la que Namjoon jamás se sentiría tentado, por lo cual la contrató.
Ella le pregunta si puede irse más temprano a casa con su familia esa noche. Nam responde concediéndole la petición. Ella asiente con respeto y pasa por mi lado hacia el salón. La observo desde la esquina de mi ojo mientras recoge un voluminoso bolso de cuero marrón al lado del sillón reclinable de cuero y se lo coloca en el hombro. Entonces camina hacia la puerta principal, cerrándola suavemente tras ella. 

Maggi se encuentra entre las sombras del salón cuando mi mirada se aleja de la puerta principal. Ni siquiera escuché la puerta corredera de cristal abrirse cuando ella entró, y aparentemente tampoco Nam. 

Entra en la cocina y hacia la luz, sus brazos cruzados vagamente bajo sus pechos.

Mierda. Es tan hermosa para mí, incluso en la devastada condición en la que se encuentra. 

—¿Cuánto tiempo planeaban dejarme fuera? —nos pregunta a los dos con un rastro de irritación en su voz. 

—Nadie dijo nunca que tuvieras que quedarte ahí fuera, preciosa—responde Nam. 

Ella le gusta, es obvio para mí y él probablemente también lo sepa. Pero también sabe que jodidamente lo mataría. 

Maggi se acerca a mí y me mira a los ojos, inclinando la cabeza con suavidad hacia un lado. El olor de su carne y el suave calor que emana de su piel casi me lleva al límite. Lo he hecho bastante bien para contenerme desde que la besé en el ascensor. Tengo la intención de mantener ese puto control.

J E Z A B E L    | JJK LIBRO #2 ✅Where stories live. Discover now