Crónicas de Una Vida Pasada III

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"A menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en el mismo ataúd".
Alphonse de Lamartine

Después de esa noche, no tuvieron escapatoria, uno de los bandos los había capturado y ahora eran obligados a luchar por una causa que ni era suya, estuvieron así durante los siguientes dos años. En ese tiempo perseveraron y sobrevivieron lucha tras lucha. Por las noches hablaban de sus propias vidas de antes de que esto sucediera, con el objetivo de mantenerse cuerdos, ya que estar en una constante guerra era mucho para una sola vida.

Deku hablaba de su infancia y también recordaba a su madre con cariño hasta que fue asesinada frente a él, algo trágico que le tomó también años superarlo, por eso simpatizaba mucho con el sentimiento de su amigo. Por su parte Kacchan hablaba más que todo de Shoto y lo feliz que era estar a su lado, hasta que también lo perdió.

De repente, una noche su actual líder llamó al pelicenizo para hablar con él en privado con la excusa de que tratarán temas respecto a la siguiente batalla. Al entrar al cuarto vio con algo de desdén a esa persona, no podía ocultar su desprecio hacia él; en los últimos años fue torturado y castigado muchas veces al igual que el peliverde por intentar escapar, hasta que llegó un punto en que los dos amigos terminaron resignados a su destino, pero eso no hizo que disminuyera en lo más mínimo el odio que tenía hacia el líder, el cual se llamaba Tomura.

El peliceleste al ver quien había entrado sonrió de manera arrogante - Katsuki.

- Señor - contestó con fingido respeto.

- Mañana tendremos una batalla con los enemigos, necesito que guíes a un pequeño grupo a interceptar a sus mejores guerreros. Escuché que hay uno que es formidable.

- Como ordenes - dijo secamente, para luego empezar a irse, pero fue detenido por el peliceleste, quien lo había agarrado de la muñeca. El pelicenizo aguanto las ganas de golpearlo directamente y solo le mando una mirada indiferente, esperando a que el estupido dijera de una vez lo que quería, pero no espera que lo siguiente qué sucedería era que Tomura lo jalara con brusquedad acercandolo a él, tomándolo de la cintura y hundiendo su rostro en su cuello besando esa área en el proceso.

Esa sensación solo le causó escalofríos y náuseas a Katsuki, que por instinto lo empujó de inmediato, aventándolo directo a la mesa. El peliceste se reincorporó rápido y a una gran velocidad volvió a sujetar la muñeca pero esta vez implementando más fuerza, causando dolor en el pelicenizo.

- No lo vuelvas hacer - advirtió con un tono sombrío, Katsuki lo miró con más odio, algo que no le importó a Tomura - Te castigaría, pero necesito que estés bien para la batalla de mañana, pero si se repite en un futuro no saldrás ileso - luego lo soltó y lo echó como un perro.

Katsuki salió cabreado y asqueado de esa habitación, sabía que ese imbécil lo miraba con otros ojos, era demasiado obvio pero nunca se había atrevido a llegar tan lejos.
Recordó todos los castigos que tuvo, siendo golpeado casi hasta la muerte y siempre su verdugo era el mismo peliceleste, que disfrutaba verlo lleno de dolor y retorciéndose en el suelo, por eso había visto esa mirada lujuriosa tantas veces, pero nunca hizo ningún movimiento, hasta ahora.
De solo recordar tal sensación le hizo pensar que quizás lo mejor sería morir en batalla mañana, esa idea le había pasado innumerables veces por su cabeza, pero descartaba tal pensamiento, al pensar en Deku; los dos estuvieron apoyandose durante estos años por lo que no podía dejarlo solo con estos lunáticos, por lo que su plan suicida siempre lo colocaba en el fondo de su mente.

Se detuvo a mitad del camino y alzó la mirada hacia el cielo, viendo como el color gris se extendía a lo largo del horizonte debido a las nubes oscuras que amenazaban con azotar con una torrencial tormenta en cualquier momento.

Lazos entre Mundos [Todobaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora