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Jimin buscaba emocionado el traje que había elegido hacían menos de una semana para su graduación, recordando como en los últimos dos meses su vida cambió de una manera impresionante y Yoongi era la razón principal de ello

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Jimin buscaba emocionado el traje que había elegido hacían menos de una semana para su graduación, recordando como en los últimos dos meses su vida cambió de una manera impresionante y Yoongi era la razón principal de ello.

A diario Yoongi pasaba por por puerta con una sonrisa gigante y una actividad nueva para poder entretener a su niño y mantenerlo feliz.

Una día era un desayuno, así como el otro era un paseo.

Experiencias tan increíbles como ir a Roma que Jimin no imagino nunca vivir, ahora lo hacía con la persona que había jurado odiar en un principio y al que ahora aceptaba como su amigo y como el chico del que gustaba.

Y sí, Yoongi le gustaba muchísimo, simplemente todo. La manera en la que lo miraba todos los días en la mañana cuando venía y lo saludaba un simple "buenos días" sonriendo y tratado de hacerlo sonreír a él también, sabiendo sobre de qué no le gustaba para nada levantarse de la cama por las mañanas. La manera en la que lo miraba, como sus ojos negros y pequeños se agrandan e iluminan cuando le correspondía un beso en la mejilla o un simple saludo como el de todos los días.

El esfuerzo que ponían a diario en hacer algo diferente para que se distrajera y para dejarle más que claro que lo quería, que le gustaba y todo lo que hacía era para acercarlo mucho más a él, para conquistarlo y Jimin lo aceptaba, primero porque lo hacía muy bien y segundo, porque obviamente, estaba funcionando.

El mayor se hacía ver más allá para él, se comportaba natural y mostraba sus sentimientos cuales eran, solo para él y eso definitivamente le encantaba a Jimin, quien se sentía mascivamente agradecido y afortunado por ser el único que conocía los sentimientos reales del diablo.

Al paso de los días, más hablaba, más cosas sabían el uno del otro, además de las ya obvias que el mayor sabía por los años al lado del otro.

Jimin sentía como cada vez que lo veía a los ojos, cada vez que repetían una y otra vez esa maldita escena donde casi se basaban pero uno de los dos retrocedía por vergüenza, iba cayendo más y más por el diablo.

La más última que estuvieron tan cerca, Jimin sentía que no iba a aguantar y iba a caer en la tentación de aquellos labios delgados y rosados y decidieron por fin dar él el paso de juntarlos con los lo suyos, pero no lo sentía correcto. No sentía correcto el hecho de besarse básicamente porque no sabía si Yoongi lo quería también, habían adoptado la típica rutina de amigos, que él ya no tenía claro si Yoongi lo seguía viendo como lo veía unos meses atrás, y no se atrevió a preguntárselo, le daba mucha vergüenza tocar ese tema, después de todo, la última vez que Yoongi le dijo algo relacionado con que le gustaba, o como suele decir, "Le encantaba", fue aproximadamente dos meses atrás.

¿Y si él era el que estaba enamorado ahora y Yoongi ya no?

No lo sabía, pero tenia la maldita necesidad ardiendo como el fuego en su pecho, por lo que tenía la sensación de que esa noche, la noche de su graduación, sería perfecta para descubrir que sentía el diablo por él.

The Devil's Lover| ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora