The Devil's Lover| ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ✔︎

ℂ𝔸ℙ𝕀𝕋𝕌𝕃𝕆 𝕀

-Dime, ¿Cómo te sientes?-El hombre habló tranquilo, apuntando algo en la liberta roja que tenía en su manos.

-Observado.-Susurró sin ánimo alguno. El hombre levantó su rostro y lo miró por unos segundos antes de suspirar y dejar la libreta sobre la mesa para prestarle toda atención al joven.

-¿Los sueños?

-Lo mismo, personas quemándose o accidentes, que le recuerdo, luego pasaron.-Dijo, empezando a respirar con un poco de dificultad.

-Cálmate, de eso no aún no es estamos segu-

-¡Yo si estoy seguro!-Gritó sintiendo unas ganas inmensas de llorar.—La-la niña que cayó de un balcón de tres pisos, y-yo soñé con ella la noche antes del accidente, yo sé lo que pasó.-Su voz sonaba cada vez más quebrada a medida que seguía hablando.-Ella quería ver si su padre había llegado y...y al asomarse resbaló. Pero...-Miró a los ojos de su psicólogo y pudo percibir la pena en ellos.-Pero usted no me cree, como siempre.-Bufó.

-Desde la última vez que nos vimos, ¿Has hablado con alguien más o solo...?

-Solo con Taehyung, las demás personas piensan que estoy loco. ¿Quién querría hablar con un esquizofrénico?-Rió sin gracia.

-No estamos seguros de que tengas esquizofrenia, Jimin.-Recalcó.-Deberias hacer amigos, eso puede distraerte y despejar tu mente-Sugirió.

-No diga estupideces, señor Kim.-Se puso recto en su silla e inclinó su cuerpo hacia delante viendo directamente a los ojos del señor Kim.-Estoy loco, enciérrenme ya en un maldito loquero y dejen de perder el tiempo conmigo.

Miro mal a su psicólogo cuando este empezó a escribir de nuevo en su maldita libreta roja. Estaba harto, harto de los sueños raros, harto de las atrocidades que le tocaba ver en sueños, harto de que sus padres le insistan tanto con lo de ir al psicólogo. Harto de los estupidos que le gritaban loco en la universidad, harto de los profesores que lo mandaban a la dirección cada que se sobrealataba por una visión en una clase, harto de que, cada que él lloraba, Taehyung llorara con él.

Harto de la sombra que lo observaba siempre y que ahora mismo, estaba detrás de Namjoon.

-¡Hey tú! ¿Has visto a tu novio la sombra? ¡Loco!

Cogió de la mano a su mejor amigo cuando vio a este con intenciones de darse la vuelta y responder a los idiotas que habían gritado aquello.

-Déjame, les voy a partir el puto hocico a los mal paridos esos.-Forcejeó un poco contra la mano de Jimin.

-Ya, déjalos que digan lo que quieran, en algún momento se cansarán.-No lo harán. Dijo aquella voz grave en su cabeza. Cállalos tú.

Ignoró todo, hasta a Taehyung que le venía contando como su vecina le había ofrecido unas galletas caducadas porque le caía mal y quería matarlo.

Necesitaba despejarse un poco, pero no podía, no en época de exámenes.

No con aquella sombra detrás de él.

No podía dejar de mirarla, era la sombra de una figura humana, o es parecia, donde debería estar la sombra de un poste o un autobús. Estaba en todos los lados, no todos los días, pero cuando estaba solo lograba atormentarlo.

Tenía los días contados, soñaba con la muerte futura de alguien cada cuatro días. Cada cuatro días despertaban agitado y con la imagen de alguien muriendo de mil maneras distintas; por ahorcamiento, un accidente de tráfico, asesinatos, suicidios. Así desde los doce años, sin embargo nunca se lo dijo a nadie, eso hasta que empezó a ver la sombra en la esquina de su habitación, todos los maditos días.

Y aunque no viera la sombra, se sentía fuertemente observado, como si tuviera a alguien pegado a su nuca las veinticuatro horas del día.

Sufría de paranoia, ataques de pánico y alucinaciones, ¿Por qué mierda seguía camiando por las calles como una persona normal si no lo era? Pues porque todos sus psicólogos decían lo mismo: Es estrés, descansa más, haz amigos y bla bla bla.

Él estaba harto de eso. Quería matar a alguien o algo y que de una vez por todas lo encerraran o medicaran. Necesitaba dejar de sentir. Su única compañía eran sus padres y Taehyung, quienes lo apoyaban siempre y siempre estaban ahí para lo que él necesitara. También eran quienes sufrían cuando el pasaba por un ataque.

Él solo quería dejar de ver a su madre llorar.

Pero al parecer aquel reflejo de una figura negra en el espejo del autobús no quería lo mismo.

Me va a encantar seguir escribe esto.

Los amo muchísimos personitas que me leen, muchísimas gracias por votar y comentar.

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