40. Vuela

394 49 0
                                    

Michelle

Último partido del torneo nacional.

Nos la jugábamos absolutamente todo.

Los partidos de entrenamiento o amistosos se habían quedado muy atrás, ahora estábamos rodeadas por un público inquietante con ganas de aplaudir con todas sus fuerzas, ¡de gritar!

Entre ese público tenía localizada donde estaba sus miradas, mis seres queridos.

Mis padres y mi hermano estaban sentados uno junto al otro, y cuando pasaba mi mirada hacia ellos me sonreían y me mostraban el dedo pulgar hacia arriba para darme ánimos.

La mirada y sonrisa brillante del pequeño era la que más me animaba, era por él por quien estaba aquí y también por quien había descubierto una de mis nuevas pasiones.

No pensaba parar de luchar, iba a darlo todo hasta el final.

Al lado de ellos, estaba mi segunda familia.

Jack sentado al lado de Ades, los dos se comentan varias cosas y me miran orgullosos.

Después le siguen Jessie con Devin, Ashley con Axel y la embarazada de Lucy con su Harry.

Los dos últimos son los que más se mueven estando pendientes de si la de pelos rizados quiere ir al baño, tomar
aire, etc.

Pero mi amiga se resiste y aguanta el puede que sofocante ambiente por verme jugar.

- ¡Chicas! - Nos llama a todas Reese.

La mayoría estamos nerviosas, sin creernos todavía que hayamos llegado hasta aquí.

Yo soy la que menos, quien me iba a decir que con un accidente, la mayor tragedia de la vida de mi hermano... Iba a reformar la mía.

Porque así lo había sentido. Tenía mucho menos tiempo libre y gran parte de él lo dedicaba a seguir entrenando. Había conocido a una de mis nuevas mejores amigas y gracias a ganar este torneo me podían dar una de las mejores becas de deporte.

Mi vida se había reformado muchísimo en poco tiempo, pero no podía negar que lo había hecho a mejor.

- ¡Fuera los nervios! - Grito haciendo que todas me miren y se queden en silencio - ¡Si estamos aquí es porque nos lo merecemos y podemos con esto!

Reese me mira sonriendo ampliamente.

- ¡Eso es! No podemos dejar que puedan con nosotras ahora. ¡Tenemos que ganar! ¡Vamos a ganar! - Grita aún más fuerte que yo, lo que consigue desvanecer los miedos de nuestras compañeras.

- ¡Sí!

- ¡Eso es!

Exclaman las demás empezando a aplaudirnos.

Aunque el apoyo del público fuese bastante descarado teníamos que animarnos cada una a nosotras mismas, teníamos que creernoslo al completo para salir a la pista a darlo todo.

Ahora están más alegres y euforicas.

Mi gran compañera y yo nos miramos sonriendo seguras.

- A por todas, mi rematadora.

- Más alto que nunca, mi colocadora - Hacemos nuestro choque y somos llamadas por las entrenadoras.

Nos anuncian que salimos de titulares, y como ya sabemos bien, nos tiraremos gran parte del tiempo en la pista.

Cuando me coloco en mi posición escucho gritos diciendo mi nombre junto a vitoreos y aplausos.

Miro hacia donde están ellos y les sonrio ampliamente, pero ver que ellos no son los únicos, sino también mucha más gente del público a nuestro favor, hace que una buena sensación recorra por todo mi cuerpo.

La historia que nunca quisimos Where stories live. Discover now