Jiang Cheng tiene un hijo de cuatro años, el cual no se lleva bien con su actual pareja, Lan Huan, este último quiere pedirle matrimonio, pero Jiang Cheng le dice que ante todo, primero esta su hijo, por lo cual, Lan Huan tendrá que ganarse el cariñ...
Dio un brinco y casi cae de la cama, si no fuera por que se sujeto de las cobijas como si de eso dependiera su vida hubiera caído de bruces contra el suelo, Lan Huan se sentía desesperado; con cautela se sentó bien en la cama, se talló los ojos que le ardían y se sentían pesados.
Unos pequeños pasos se escuchaban cada vez más rápido. Jiang Cheng, que a su lado seguía durmiendo abrazando la almohada, mostraba una calma imperturbable, como si todo el escándalo de afuera no existiera.
—Papá, papá—una voz canturreaba.
Se abrió la puerta y detrás de ella se mostró la figura de un niño de cuatro años, con el cabello despeinado y solo vistiendo una camisa celeste y calzoncillos de cars.
—Papá... ¿Qué haces tú aquí?—el niño se notaba desconcertado y lanzó esa pregunta dirigiéndose al hombre que estaba en la cama de su padre, nadie podía dormir con su papá más que él, y aunque ya era un niño grande, había noches en las que le costaba conciliar el sueño y solo el olor del cabello de su padre era como una medicina para poder dormir.
— ¡Hey A-Yi!—respondió Lan Huan de manera agradable. Daba gracias a dios que Jiang Cheng lo obligaba a ponerse su ropa después de hacer el amor, por si llegaban a encontrarse en esta situación.
—No me llames A-Yi, solo mamá y el abuelito Femian puede decime así. Mi nombe es Jiang Jingyi—dijo el niño mientras miraba al novio de su padre con recelo. Lan Huan el ver como el pequeño niño que aun no sabía pronunciar la "erre" se ponía a pelear con él, le daba mucha ternura y risa.
Empezó un duelo de miradas, aunque solo violento por parte del pequeño Jingyi.
— ¡Silencio los dos! No me dejan dormir—respondió la silueta masculina que se encontraba en la cama, mientras se removía en su lugar—ven A-Yi, dame mi beso de buenos días.—el papa del pequeño se sentó en la cama, el pequeño corrió hacia sus brazos riendo mientras le daba un beso baboso en la mejilla, los favoritos de Jiang Cheng.
—Te amo papi—respondió el pequeño celoso mientras se subía a la cama y se abrazaba del cuerpo de Jiang Cheng como un koala. Lan Huan miraba la escena divertida, sabía bien que no tenía caso discutir con el pequeño por el amor de su padre, esa era definitivamente una batalla perdida.
Jiang Cheng se lo advirtió en su segunda cita, y el saber cómo su familia era lo más importante para el hizo que él se enamorara más, si es que eso era posible.
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Era su segunda cita, Jiang Cheng era un hombre excepcional y le atraía de todas las maneras posibles, lo había conocido en un club de lectura a la cual los dos asistían, siempre le miraba desde las sombras pero cuando fue el último día del taller, decidió no perder más tiempo y lo invito a salir.
