Capítulo 2: A donde ir y a quien servir

496 81 33
                                    

Quería llorar, que las lágrimas salieran de sus ojos como una lluvia repentina sobre su rostro; quería gritar, hasta que su garganta se quebrara y los sonidos ya no escaparan; quería golpear algo como nunca lo había hecho, hacerse sangrar los nudillos para obligarse a dejar de pensar en lo que acababa de ver... Quería bajar de esa carreta y preguntar si realmente los años que pasaron no significaban nada, el saber el porqué la vendió como si fuese un objeto.

Quería hacer tantas cosas en ese momento, pero al final, no hizo ninguna de ellas. Se tragó cada una de las cosas y se quedó con la cabeza gacha aguantando su dolor y la acumulación de lágrimas que pinchaban sus ojos con insistencia, pero que solo lograban irritarlos.

De alguna manera sintió un poco de agradecimiento cuando la chica de pelo llamativo (En un tono naranja) y la que parecía ser la más animada de todas las presentes, se atrevió a arrimarse a ella para extender su mano en forma de saludo.

—Mi nombre es Hayami —se presentó con una sonrisa—. La chica depresiva a lado de ti como tardé dos días en que me dijera su nombre te lo digo yo, se llama Nozomi —después presentó rápidamente a las demás chicas quienes se limitaban a responder con un asentimiento de cabeza o algunas a murmurar un pequeño "mucho gusto"—. ¿Y tú?

—Aotsuki... —se vio tentada a negar el saludo demasiado afectada como para ponerse a conocer a las chicas que estaban con ella, pero sabía que eso sería descortés y pese a todo le enseñaron que no debía permitirse ser así, por lo que terminó aceptando el apretón de manos—. ¿Por qué estás tan animada?

—¿"Por qué" dices? ¡¿No es obvio?! ¡Fui vendida para ir a una casa plagada de lujos en cada rincón! —expresó alegre levantando ambos brazos de la nada para después bajarlos poco a poco—. Si te comportas no te echarán y podrás vivir en ese majestuoso lugar, ¡Es un paraíso!

—Yo ni siquiera sabía a dónde nos llevaban —comentó con franqueza.

—Ahora que ya lo sabes deberías de alegrarte, no como la otra —señaló a Nozomi—. Ella también sabía desde un principio a donde vamos, pero no está para nada contenta y no sé porqué, no quiere decirme —se encogió de hombros—. Bueno, tampoco es como si me importara mucho.

La de cabello negro observó a la mencionada. Su mirada se mantenía alejada de todo en algún punto incierto, mordiendo su dedo con un notable nerviosismo. Aotsuki decidió arrimarse más a ella para terminar frotando su espalda ganando un ligero temblor de su cuerpo ante la sorpresa, no sabía si el gesto podría funcionar, pero eso siempre hacía con sus compañeras cuando se encontraban mal. Pensaba que de alguna manera ambas estaban pasando por lo mismo y que por ello debían de mantenerse juntas o al menos reconfortarse mutuamente.

Algo que tenía claro era que no debía de decaer sin importar nada, haría lo que estuviera en sus manos para, como dijo Hayami, tratar de mantener una buena vida allá a donde iban y esforzarse como siempre lo había hecho.

.

.

.

Durante el viaje vieron diferentes pueblos, paisajes, personas y lugares nuevos para todas, descansaban entre cada punto que visitaban y en ningún momento se quedaban en zonas con mayor población. Limitando demasiado sus necesidades básicas para que el viaje fuese lo más rápido posible, pero quizá así era mejor. Pasó una eterna semana para ellas y por fin llegaron a su destino. Era de noche.

A la de pelo naranja le brillaron los ojos al ver el lugar: Tan grande, glamoroso y con personas ir y venir desde diferentes lugares. Finalmente, la atención de las tres chicas se fijó en las letras que estaban en la entrada de la gran casa.

"Culto del Paraíso Eterno"

Ninguna sabía exactamente dónde estaban. O al menos, dos de ellas no sabían, no entendían a donde se estaban metiendo o el destino que les depararía tras pasar al interior de ese lugar, a una prisión sin rejas, sin cadenas. Ese lugar era muchas cosas, pero definitivamente no un paraíso.

La Pasión de ser Devorado (Douma) ||KnY|| [04]Where stories live. Discover now