Capítulo 15: Arena

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Reposando sobre la arena, miraban las olas rompiendo en la escollera. Las olas más pequeñas llegaban plácidamente hasta la orilla y se quedaban a escasos centímetros de sus colas. La calma y tranquilidad de ese instante era bien recibida tras los nervios que habían pasado. ¡Había sido una primera cita desastrosa! Pese a que ambos sabían eso, los dedos de Sasuke jugaban con la pulsera de coral rojo en su muñeca. Naruto sonrió.

En un intento por hacerle notar a Sasuke su relajación, Naruto recostó su espalda sobre la arena y miró el cielo. Todavía había sol y sus colas se secaban bastante rápido. En poco tiempo, desaparecerían para dar paso a sus divertidos dedos del pie. Al menos, así le resultaban a Naruto: graciosos.

Al ver su gesto relajado, Sasuke le observó desde la pequeña altura que ganaba al estar sentado. Sonrió antes de mirar la pulsera roja con la que jugaba.

- Es la primera vez que un ser vivo se siente tranquilo estando a mi lado – dijo finalmente Sasuke.

- Será porque nadie ha permanecido el suficiente tiempo a tu lado como para darse cuenta de que no eres un peligro.

- En realidad, sí lo soy, Naruto. Podría perder el control si tuviera un hambre casi insaciable y tengo miedo de que pueda ocurrir.

- Yo no permitiría que llegases a esa situación. Mientras haya sol, puedo saciar tu hambre.

- Y tampoco estoy cómodo con eso, Naruto. Me da la sensación como si me estuviera aprovechando de ti sólo porque puedes saciar esa hambre. Tú no eres una fuente de alimento para mí y tengo miedo de que, en un futuro, te sintieras de esa manera.

- No lo haré, porque sé que tú sientes lo mismo que yo siento por ti. Estoy completamente convencido de ello.

- Eres un tritón muy raro – sonrió Sasuke con sinceridad –. Todos se alejan de nosotros, pero tú nadas en mi dirección y no entiendo el motivo para hacerlo.

- Porque creo... que siento algo por ti.

Aquellas palabras helaron a Sasuke antes de que volviera a sonreír. Enamorarse de un cola negra era un peligro para todo ser viviente, él era consciente de ello.

- Quizá no sientas nada por mí, puede que sólo te haya seducido y creas...

Naruto colocó los brazos tras él y apoyando los codos junto a los antebrazos en la arena, incorporó el torso para mirar al moreno.

- No creo nada. He escuchado las leyendas que hay en Náutica sobre vosotros. Tritones y sirenas atractivas, de cantos seductores que succionan la vida, sé perfectamente que todos piensan que sois unos cazadores natos, sois capaces de seducir a cualquiera, eso dicen... pero yo no me he dejado seducir por tus encantos. No puedo asegurarte si esto es amor, nunca me he enamorado, pero de lo que sí estoy seguro es que tú no has usado tu cántico conmigo y no estoy impresionado sólo por tu atractivo físico, me gusta todo de ti, tu carácter, tu personalidad... no es pura atracción física ni un embrujo, Sasuke.

Un cosquilleo inició en el extremo más alejado de la cola de Sasuke. No era un cosquilleo molesto, pero sí lo suficientemente notorio como para darse cuenta de que el efecto del agua se desvanecía. Sus dedos aparecieron, pudiendo moverlos con soltura mientras la cola iba transformándose en un par de piernas humanas. A Naruto, en cambio, parecía estar costándole más secarse. Su cola dorada todavía estaba presente y algo húmeda.

- Qué suerte, te secas antes – se quejó Naruto.

- El negro atrae más el calor – sonrió Sasuke.

Ambos fijaron la mirada durante unos segundos la una en la otra. Como si estuvieran hipnotizados, su cuerpo quedó completamente paralizado. El amor era sin duda alguna, un sentimiento extraño para ambos.

Entre corales (Naruto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora