IV

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Bajamos las escaleras corriendo todos juntos, abren las puertas con euforia, mi vestido rojo sigue resaltando entre la ropa negra del resto de los osados, la camiseta gris de Tobias pasa algo desapercibida.

Todos me transmiten demasiada energía, son salvajes, tanto así que comienzo a cuestionar mi elección digo, ¿realmente soy lo suficientemente valiente o imprudente como para ser parte de ellos?

Pierdo de vista a Tobias y al resto de mis compañeros iniciados, a pesar de estar en el centro de la gente, la cual me comienza a apretujar, estoy comenzando a desesperarme por no saber cómo nos vamos a dirigir hacia osadía.

Pero la veo, una escalera que lleva a un andén, claro para llegar a osadía debemos usar el tren, pero al pie de la escalera hay demasiada gente amontonada. Debo encontrar el modo de subir si no quiero que el tren me deje. Comienzo a abrirme paso entre la gente, no es muy amable de mi parte no esperar mi turno y estar dando codazos para abrirme paso, casi puedo escuchar la voz de mi madre regañándome por esto, pero la consecuencia de no subir a ese tren es quedarme sin facción, no podría volver a cordialidad y eso me convertiría en una abandonada.

Logro poner mis pies y manos en la escalera la cual comienzo a trepar rápido, porque sé que todos los que vienen detrás de mí no tendrán paciencia y menos con una iniciada que se les atravesó, antes de terminar de subir echo un rápido vistazo hacia abajo, la altura no es mucha pero me sorprendo a mí misma por haberla subido tan rápido debido a la presión.

Ya que estoy en el andén, vuelvo a ver a Tobias, iría a hablarle pero la verdad es que después de correr y hacerme un lugar para subir las escaleras, lo primero que quiero es recuperar el aliento, porque aunque no fuí lenta, por supuesto que no e sido la más rápida.

---Creí que en cordialidad sólo había artistas.

Tori me dice y se acerca a mi. Sí bueno, es bien sabido que en mi facción viven las personas mas artísticas.

---Pues definitivamente no somos corredores expertos--- suspiro--- Mira lo derrotaaaada que ya estoy--- saco la lengua y cierro los ojos.

Tori ríe.

---Pues a este paso no creo que sobrevivas la iniciación

Dejo mi intento de expresión chistosa y la miro fijamente.

---La verdad preferiría morir en la iniciación que terminar como abandonada--- le confieso

Tori se sorprende un poco.

---Estaba tratando de ser graciosa, granjerita, estoy segura de que pasarás la iniciación, a final de cuentas éste fué tu resultado, me alegra ver que hayas elegido tu propio camino.--- me dió unas palmaditas en el hombro y la veo dirijirse a Tobias.

Yo me acerco a la orilla del andén, para ver las vías del tren elevadas sobre la calle, y entonces lo escucho, el traqueteo de los vagones del tren que se aproxima, agradezco haberme acercado a la orilla porque cuando todos notan que se acerca el tren empiezan a acercarse todos a lo largo de la orilla.

Sabiendo lo salvajes y competitivos que son sé que tal vez... si no subo rápido al tren, entre los empujones podría resbalarme y matarme cayendo del andén.

El tren no comienza a frenar, hay algo de distancia entre el andén y el tren, mi sospecha se confirma, cuando comienza a pasar frente a los primeros osados, los veo saltar al vagón. Tenemos que saltar. Tengo que lograr llegar al vagón, no quiero ser puré de granjerita cordial en el suelo, quiero ser una osada mas en el vagón.

Pero, ¿y si no salto lo suficientemente lejos?

El tren ya está frente a mí, pero no logro saltar siquiera, porque me empujan, todo pasa demasiado rápido, el pánico se apodera de mí al igual que la adrenalina, y la mezcla de ambos hace que mis ganas de vivir logren que mis brazos se aferren a la orilla del andén, vi a la persona que estaba detras de mi, la que probablemente me empujó con o sin intención, es el erudito trasladado.

No lo culpo, tal vez dudé demasiado en saltar.

Levanto mi pierna para subir al andén, al menos el resto no me pisó o ya me habria soltado. Siento un tirón en la cintura, un brazo me ayudó a terminar de subir, me pongo de pie rápido, el brazo de Tobias me suelta.

---¡Gracias!---le digo aliviada.

Tomo su mano y corro con él antes de que termine de pasar el tren, lo suelto cuando nos acercamos, tomo impulso con la carrera y salto al vagón. Caigo fuertemente de rodillas, rechino los dientes para no quejarme.

Antes de que pueda levantarme escucho un golpe en la puerta de metal. Me levanto despacio y volteo a verlo, Tobias se hace presión en la nariz, debió golpearse peor que yo, ya que esa en un área mas sensible.

Voy y me paro a su lado simplemente porque me ayudo a llegar aquí y porque bueno, él y Tori son los únicos que conzco en este vagón y quiero tenerlos cerca.

---Gran aterrizaje--- dice uno de los osados cuya mirada pasa de Tobias a mí con una sonrisa, no es de los iniciados, se ve apenas un poco menor que Tori.

---Deja el ser elegante a los pretenciosos de los eruditos--- le contesta Tori--- Al final lograron subir al tren y eso, Amar, es lo que cuenta.

---Sí pero al vagón equivocado, deberían estar con el resto de los iniciados--- rebate Amar

Volteo a mi izquierda en busca de la mirada de Tobias, mirada que ya estaba en mí. Mira mis rodillas y cuando levanta una ceja en mi direccion entiendo a que se refiere, sé que deben verse mal porque aún siento hormigueo en ellas. Yo levanto mis hombros en un gesto de indiferencia y ladeo mi cabeza para asentirle, preguntándole por su nariz a lo que el también levanta sus hombros. Yo sonrío.

Hombre de pocas palabras por ahora, pero me pareció lindo y gracioso poder comunicarme con él y entedernos sin necesidad de palabras.

---Si son amigos tuyos no pasa nada con que esten aquí Tori, aunque para ser sincero contigo parece que son los amigos más raros que tienes--- dice Amar mientras nos mira confundido--- Bueno y para saber que no son mudos, digánme, ¿cuáles son sus nombres? ¿la granjerita y el estirado?

---Me llamo Sara Blake--- digo mientras le extiendo la mano, cosa que me arrepiento al instante que el resto de osados en el vagón ríe. Bajo rápido mi mano, costumbres de cordialidad que debo dejar atrás.

Amar voltea a ver a Tobias esperando su respuesta. Lo miro porque a mí también se me hace raro que no diga su nombre... aunque tal vez no quiera que lo relacionen con su padre Marcus Eaton, quiero decir es uno de los líderes de abnegación y todo el mundo sabe que si osadía no se lleva bien con una facción es con abnegación.

---Puedes decirme estirado, la verdad me da igual---dice tratando de sonar cortante.

Después de que Amar asiente, Tobias desvía la mirada a la calle debajo de nosotros, por la entrada del vagón. Yo me recargo en la pared de metal y me deslizo para quedar sentada en el suelo, estiro mis piernas y veo mis rodillas algo rojas aún, pero no se nota que se me vayan a hacer moretones tan feos, solo algunos pequeños.

Me doy un momento para pensar en lo rápido que pasaron las cosas, en lo cerca que estuve de morir si no me hubiera agarrado a la orilla, y si Tobias no me hubiera ayudado. Me pregunto si el chico ex-erudito lo hizo a propósito, recuerdo la cara de desprecio que le hizo a Tobias sólo por ser abnegado. Tal vez simplemente no tolera a las demás facciones que no sean osadía y erudición.

A mi lado siento las piernas de Tobias tensarse un poco, levanto mi brazo y le doy un estirón a su camisa, luego le doy golpesitos al suelo para que se siente como yo, cosa que hace.

Ahora solo nos queda esperar llegar a nuestro destino.

Heartiness | CuatroWhere stories live. Discover now