¿Dónde está Roger Taylor?

Capítulo 37

— John, querido — lo llamó Freddie desde la otra habitación mientras preparaba algunas valijas.

— Dime — respondió mientras se acercaba a él con alguna que otra prenda de ropa en su mano.

— ¿Tu padre ya te confirmó lo de la renta? — se acercó a él y depositó un tierno beso en sus labios.

— Oh si, el departamento está listo — respondió sonriente — nos iremos a penas terminemos de rendir los exámenes ¿Está bien? — abrazó su cintura y lo acercó a él.

— Está más que bien — lo miró a los ojos — te amo John, eres lo más hermoso que tengo, no quiero que te vayas de mi vida nunca.

— Y jamás me voy a ir, pienso quedarme contigo hasta que seamos viejitos, quiero morir a tu lado, abrazaditos y tomados de la mano — habló con esa hermosa sonrisa que enamoraba cada vez más a Freddie.

— Eres un ángel Deacky ¿Que hice para merecerte? — lo abrazó y acarició su espalda tratando de tener a John más cerca sin dejar ni un solo espacio entre ellos — tengo que darle la noticia a Roger — avisó el moreno.

— De acuerdo, si quieres ve, yo terminaré de empacar algunos adornos en las cajas.

[...]

La tarde había pasado bastante rápido, Roger había salido con Freddie, así que Brian aprovechó para ir a la casa de su ex esposa para intentar hablar con ella.

Estaba frente a la puerta pero no podía llamar, estaba inseguro, le temblaba el pulso. Solo quería arreglar las cosas con Anita y que no queden tensas.

Luego de varios minutos de pensarlo pudo llamar a la puerta. Se abrió dejando ver a la mujer que tanto necesitaba ver.

— Anita...

— ¿Que quieres Brian? — preguntó con frialdad — ¿Que haces aquí? Vete, no puedes venir como si nada.

— Necesitamos hablar...

— ¿De que quieres hablar? — se recargó sobre el marco de la puerta y le dedicó la cara más seria que pudo, mostrando su terrible irritación.

— Emily vino hoy a casa — comenzó.

— Si ya lo sé, yo la dejé.

— De eso quería hablar ¿Por qué la dejaste? ¿Que no me habías puesto una orden de alejamiento?

— Brian, estoy intentando comprenderte, a demás se que tu hija debe verte, mejor cállate si no quieres que vuelva a alejarla de tí.

La rudeza en la voz de la mujer, intimidó al alto.

— Me alegra mucho oír eso — se quedó en silencio, volviendo el ambiente algo tenso e incómodo — yo... También quería contarte algo.

— ¿Que sucede?

— Bueno... En unas semanas voy a mudarme de ciudad.

La cara neutra de Anita no cambió en lo absoluto, solo permaneció mirándolo con indiferencia.

— De hecho nosotros también nos iremos.

— ¿Qué?

— Si, conocí a alguien que tiene una gran casa en Canadá , nos mudaremos ahí. Nuestra hija tendrá una vida digna y completa, no les faltará nada.

Esa noticia le cayó muy mal, pues la idea era que Brian vaya a visitar a su hija a la casa de su madre cuando se mudara, pero ahora se iban a ir demasiado lejos, no podría verlos como él deseaba.

— Pero...

— No debes preocuparte, tú también te irás ¿No? Eso es lo que acabas de decirme — una sonrisa malévola apareció en su rostro al ver que Brian se veía inconforme con la noticia.