𝐶𝐴𝑃𝐼𝑇𝑈𝐿𝑂 𝑋𝐼𝐼𝐼- ⭐¿𝑀𝑖 𝑑𝑒𝑠𝑒𝑜 𝑜 𝑚𝑖 𝑝𝑟𝑖𝑚𝑒𝑟 𝑏𝑒𝑠𝑜?⭐

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Todos alguna vez hemos tenido algún deseo, y creo que conforme nuestra vida avanza y los años nos hacen mayores estos van cambiando, para mejoría o porque simplemente nuestra utopía ha cambiado y estos sueños ya no forman parte de nuestras nuevas metas.

Siempre que miro al cielo recuerdo a ese niño, es cómo si mi cerebro hubiera creado una carpeta especial sobre él.

Conforme el tiempo pasa, he sacado muchas conclusiones, a veces pienso que quizá si lo conocí, pero algo ocurrió que me hizo olvidarlo, también he llegado a pensar que tal vez todo el tiempo estuve sometida en un profundo sueño, tal vez aquel niño solo fue parte de mi imaginación.

Siempre me reproché el no haber ido a nuestro encuentro, pero no pude hacer nada al respecto, ya que la vida misma se empeñó en que los sucesos acontecieran de tal forma.

Pero si realmente las estrellas fueron o son mágicas desearía verlo de nuevo, me gustaría ver su rostro, escuchar aquella voz del pasado y mirar las estrellas que nos fueron arrebatadas, pero tengo miedo, por qué posiblemente él ya me ha olvidado, mientras que yo cada día deseo verlo de nuevo.

Me siento estúpida divagando y creando mil historias de nuestro encuentro, he incluso he soñado con mi primer beso, si... estoy totalmente loca, todo en mi imaginación es perfecto, pero debo admitir que me faltan tres tornillos para crear tal cuento Disney con alguien que ni siquiera conozco físicamente.

De pronto una voz me ha sacado de mis pensamientos, cuando he volteado a mirar me he encontrado con una mano que sujeta mi muñeca, recorro aquel largo brazo hasta llegar al punto de su hombrera para encontrarme con su rostro, esta vez no había reflectores, esta vez sólo éramos él y yo.

Una ráfaga de aire nos envolvió mientras que él llevaba una de sus manos a despejar mi vista apartando aquellos cabellos míos que se cruzaban por mi rostro por causa del indomable aire que se tornaba en el lugar.

―Stella Bowen ¿me concederías el honor de subir conmigo a ese globo? ―Cuestionó Tobías frente a mí, sus ojos azules cómo la noche se clavaron justo en los míos. NI siquiera pude articular palabra alguna, por qué justo en ese momento sentí que esta escena la había visto en alguno de mis tontos sueños, es cómo si sintiera dejavú más no lograba concebir lo que ocurría, Tobías tenía un raro encanto que parecía hipnotizarte, él era muy alto, medía tal vez, 1.85 o quizá más o menos, realmente no estoy segura de una medida exacta ya que yo era una total enana frente a él, por suerte las zapatillas me estaban ayudando a destacar para quedar a una altura razonable, su cabello era negro, lacio, tenía una test clara que incluso se le notaban algunas venas, sus regados lunares en su rostro captaron mi atención era cómo unir constelaciones, sus labios eran gruesos y rojizos, su cuerpo se parecía al de un actor de películas, debo admitir que él era lindo, y el aroma que desprendía era delicioso, era una de mis fragancias favoritas de caballero, tanto que me he quedado como una vil idiota pensando en aquel aroma y lo he expresado en voz alta―Cash mine de Parre II de la colección de Edwar Parre.

―¿Lo conoces? Wow, no había encontrado antes a nadie que pudiera distinguir tan bien los aromas―contestó asombrado mientras soltaba mi muñeca.

―El señor Edward es uno de los socios de la empresa de mi padre, su hijo es amigo mío, el día del lanzamiento tuve el grato honor de oler cada una de las fragancias, pero al parecer tienes un buen gusto, me sorprende encontrar tal aroma en ti, solo hubo dos de cada uno, la colección fue...―Pero antes de terminar él me ha interrumpido.

―De 5 perfumes, lo sé, también fui un invitado en aquella gala, sin embargo, no recuerdo antes haberte visto―Comentó él.

―Es de esperarse, no soy muy llamativa para dejarse notar.

Veleros y Estrellas. ⭐ #PGP2023Where stories live. Discover now