La promesa

21 1 0
                                    

Pum pum el golpeteo de las zapatillas deportivas contra el asfalto, el sonido zúmbate de mi sangre bombeando por mis venas, es una sensación conocida, familiar y reconfortante que me  permite comulgar mi antigua vida con la nueva

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Pum pum el golpeteo de las zapatillas deportivas contra el asfalto, el sonido zúmbate de mi sangre bombeando por mis venas, es una sensación conocida, familiar y reconfortante que me permite comulgar mi antigua vida con la nueva.

Solo faltan dos cuadras para llegar a casa, vestirme y salir a la oficina a reunirme con Paul Cooper mi jefe desde hace año y medio, otro amigo que se mostro solidario y solicito, Fue una oportunidad de oro empezar como asistente de Paul en Cooper- Garret, un estudio de arquitectura y diseño de su familia, mis inicios allí como encargada de materiales y contratistas me había ayudado para ver pasar los días sin pesar ni temor, fue muy gratificante ir escalando rápidamente y desarrollando nuevas capacidades, los últimos proyectos de Paul consistieron en la restructuración de dos clubes nocturnos de la ciudad y fueron un trampolín para descubrir en mí nuevos talentos, en ellos había incursionado como interiorista y con la ayuda de Megan habían logrado impresionar a los clientes quienes quedaron tan satisfechos con nuestro trabajo que ahora tenían un nuevo proyecto para nosotros.

Llegue a casa para conseguir a Megan sentada en un taburete de la cocina con una humeante y gigante taza de café entre las manos.

- Buenos Días... - le dije con una sonrisa de sorpresa, No era común ver a Megan en pie tan Temprano

- Tienes que dejar esa enfermedad de correr todo los días de madrugada. -Contesto con su característico mal humor matutino

- Cuando descubramos como hacer que tu genética me afecte también a mí y pueda mantenerme así de delgada lo hare gustosa.- Conteste mientras me servía una taza de café; Megan es una pelirroja de piel muy blanca y contextura delgada, de cuerpo menudo pero bien definido que le permite enfundarse en cualquier cosa que su ánimo de artista le dictase.

- No sé si te has dado cuenta pero estas en los huesos, perdiste ese hermoso trasero respingón que tenias, para mantenerte en forma solo tendrías que follar por lo menos una vez a la semana pero como has decido dedicarte al claustro tendrás que matarte de hambre. - Contesto sin voltear a mirarme siquiera.

Lave la taza de café y me dirigí a mi habitación para vestirme, ya conocía esa conversación y podíamos ensalzarnos en ella por mucho tiempo que yo no tenía, 30 min después cuando salí al salón vi a Megan echada en el sofá luchando por mantenerse despierta y supe que no iba a librarme.

- Muy Bien Megan vamos dispara ¿Qué pasa?... - y me quede de pie junto a la puerta de salida.

- A ver Samantha - !Samantha¡ Dios... estoy iba en serio no recordaba nunca haber escuchado mi nombre completo en esa boca - He sido paciente contigo te he dado espacio y he respetado tus decisiones pero hoy, marco mi limite, hoy, hace dos años que llegaste a mi puerta diciendo que necesitabas comenzar y me consta que has hecho un avance significativo pero tienes 26 años, no puedes seguir viviendo del trabajo a la casa, tienes que salir a divertirte y !a follar¡.

Lo Que SoyWhere stories live. Discover now