Capítulo 8

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Abrió los ojos despacio. Parpadeó un par de veces mientras se desperezaba, aún somnolienta. Luego de su cita de la noche anterior, le había costado un poco dormirse. Había estado a nada de pedirle a Lucas que subiera y pasara con ella la noche, pero él la había interrumpido antes de que pudiese pronunciar palabra alguna. No para rechazarla —era más que evidente que él deseaba lo mismo—, sino para señalarle que no lo haría hasta que supiera que ella estaba segura.

Resopló, frustrada, mientras clavaba los ojos en el techo. Si había algo de lo que no tenía dudas, era de lo mucho que anhelaba volver a estar en sus brazos. Pero podía entender que no fuese tan claro para él. Después de todo, la última y única vez que habían estado juntos, se había marchado sin siquiera despedirse. ¿Cómo se habría sentido si las cosas hubiesen sido al revés? ¿Si hubiese sido ella quien hubiera despertado y encontrado la cama vacía?

Una vez más, sintió culpa. Debía reconocer que se habría sentido usada, poco valorada y él le habría parecido poco hombre. ¿El hecho de que fuera mujer hacía que su comportamiento fuese menos reprochable? No, lo que había hecho estuvo mal y nada podría excusarla, ni siquiera el temor de que él ya no la mirase de la misma manera y regresase a su casa como si lo que habían compartido no significase nada.

Era consciente de que, aunque lo único que había buscado era protegerse a sí misma, había sido una cobarde. Ahora se daba cuenta de que Lucas era diferente a todos los hombres con los que había estado. Seguía mirándola con la misma ternura de siempre y con un deseo que superaba el de aquella oportunidad, si acaso eso era posible. Comprendió que el balón estaba de su parte esta vez y que, si quería conseguir algo, entonces debía ser ella quien diese algo primero. Tenía que demostrarle con hechos, más que con palabras, que no huiría después.

Recordó lo que Agustín había dicho la noche en la que Lucas había aparecido en el hotel. En un intento por convencerlo de quedarse, le había sugerido que le mostrase la playa y aún no había encontrado la ocasión para hacerlo. Sintió un cosquilleo en la boca de su estómago ante la idea de compartir eso con él. No creía que hubiese nada más sexy que deleitarse con la visión de su cincelado torso desnudo bajo el rayo del sol.

Se puso de pie y se acercó a la ventana para verificar el clima. Sonrió al ver que no había una sola nube en el cielo y, decidida, regresó junto a su mesita de luz para tomar su celular. Se apresuró a abrir su chat y comenzó a escribir rogando que no estuviese dormido. Aunque lo dudaba. Por lo que había visto hasta el momento, solía despertarse temprano. A continuación, bloqueó el teléfono y presionándolo contra su abdomen, posó la mirada en el mar a lo lejos mientras aguardaba su respuesta.

Lucas avanzaba con paso firme sobre la dura y húmeda arena mientras "You shook me all night long" de AC/DC sonaba a todo volumen en sus auriculares

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Lucas avanzaba con paso firme sobre la dura y húmeda arena mientras "You shook me all night long" de AC/DC sonaba a todo volumen en sus auriculares. El día recién comenzaba y las playas aún se encontraban vacías, sin duda, un agregado especial a su rutina matutina. Se sentía lleno de energía, aunque no precisamente de la buena. Después de cómo había terminado su cita con Lucila, necesitaba liberar tensiones y como, de momento, el sexo estaba descartado, debía conformarse con salir a correr.

Apuesta de amorWhere stories live. Discover now