Cᴀᴍɪɴᴏ Hᴀᴄɪᴀ...

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«No sé qué hacer , no sé ni a dónde ir»
-No puedo más, Liran Roll.

(Aclaración: Los años se van 'sumando' .)

1 mes antes de iniciar su viaje.

Se preparó para su día tal y como solía hacer desde que podía recordar. Se vistió con sus túnicas pulcramente blancas y lisas, calzó sus botas con elegancia y luego peinó su cabello color tinta con el peinado de siempre; la mitad recogida con un adorno que indicaba la posición que tenía dentro del clan Lan, dejando el resto caer libremente por sobre su ancha espalda cubierta con las prendas blancas de su secta.

Ató la cinta de su frente pulcramente, sin lugar a ningún tipo de imperfección. La alisó con sus dedos callosos y luego salió del Jingshi dignamente.

Encaminó sus pasos a la salida de Cloud Recess. Al llegar, se despidió de su tío y su hermano con una reverencia.

Bajó las escaleras que lo dirigirían a Caiyi, desde donde partiría a su misión para terminar con algunos monstruos de, por ahora, bajo nivel. Tal y como había planeado, dese ahí se dirigió a un pueblo algo lejos, en los límites de jurisdicción de los Lan.

Sus pasos siguieron firmes, al contrario de su cabeza que voló hasta el recuerdo de un sonriente Wei Ying, el joven dándole una mirada llena de adoración y amor mismos que deslumbraban más que el propio Sol o una pieza de jade tallada por el mejor artesano del mundo; el dueño de esas sonrisas burlonas brillaba con la misma intensidad.

Una sonrisa se deslizó por su normalmente estoico rostro. Ya no podía esperar para viajar por el mundo junto al amor de su vida y el pequeño A-Yuan quién esperaba que pronto le llamara "A-Die". Su corazón brincó de alegría ante el pensamiento.

Nunca esperó conocer a su complemento a una edad temprana. Era como un sueño hecho realidad, sumándole que tan pronto como hicieran las tres reverencias serían una familia. La imagen mental de ese momento calentó su corazón.

Más pronto que tarde llegó a su destino, era bastante tarde cuando llegó, no tanto como para que el sol haya dejado de iluminar, pero sí lo suficiente como para que los puestos del lugar comenzaran a recoger sus cosas y volver a casa, probablemente con alguien esperando por su regreso, tal como él esperaba para regresar y ver a su Wei Ying.

Se adentró un poco más por el lugar, buscando una posada en la cual hospedarse por los siguientes días. En medio de su búsqueda, pasó por un área algo alejada de la zona central, estaba a punto de salir de ahí cuando escuchó los bajos murmullos de lo que parecía ser una pelea.

Decidiendo que podría suponerse de alguien en peligro, cambió la dirección de sus pasos hacia los sonidos.

Quién se imaginaría que eso sería el inicio de la peor decisión de su vida.

Sus túnicas se movieron al compás de sus pasos y del viento, mismo que movió sus cabellos, dándole una elegante aura de ser inmortal, tal vez la reencarnación de un dios. Las orillas de la típica cinta Lan también ondearon sobre el viento, mezclándose con los delgados hilos de cabello del Lan, sin revolverlo del todo, pero sí lo suficiente para que WangJi tuviera que acomodarlos en su lugar de nuevo.

Sus pasos a penas se escuchaban, para poseer una figura alta y bien trabajada, era sorprendente que algo así sucediera con el sonido de sus pies chocando contra el suelo.

No tardó mucho en llegar al lugar en el que se estaba desarrollando la pelea, dónde una chica de cabello castaño peleaba contra un grupo de, aparentemente, pandilleros. Dio unos pasos más, sin perder de vista lo que sucedía, para su sorpresa, la chica había podido defenderse bien del grupo de aparentes pandilleros, sin embargo, lucía cansada y parecía que no duraría mucho más que eso.

𝑺𝒂𝒚 𝒀𝒐𝒖 𝑾𝒂𝒏𝒕 𝑴𝒆 Where stories live. Discover now