Declaración

252 21 0
                                    

Un día soleado, una tarde desgarradora y una noche penetrante. Solo eso hizo falta para descubrir lo que realmente sentía, por lo que vivía y si llegara el caso, por lo que querría morir.
Eras perfecta, mi cómplice ideal, no habían dudas de que esto era lo que siempre soñé, lo que tanto anhelé. Me doy fuerza, respiro y tomo tu mano, el mar sereno roza nuestros píes, la playa se enternece al vernos caminar sin rumbo fijo, pero con un proposito en común; vivir sin sufrir, reír sin llorar, amar sin lastimar.
Nunca olvido tus palabras, tu rechazo y abandono, me burlo de mí, de lo mediocre que fui, tal vez ingenuo o solo digamos que fui feliz.

HBC

De Las Cartas Que No Te DiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora