Ella era fuego, ardía con un furor incesante cual volcán en erupción, cual incendio forestal.
Yo, sereno como aquél bosque silencioso que no se quebranta frente a ninguna tempestad.
Oh mi amada, eras tu esa llama que inquietaba mi calma, que se interponía entre esa tan anhelada paz y yo.
Fuiste esa gota de aceite que, aunque sin mezclarse hizo rebozar mi vaso.HBC
YOU ARE READING
De Las Cartas Que No Te Di
PoetryPido perdón por muchas de las veces que traicione a la mente por el corazón, por todas las veces que mis sentidos se apoderaron de mi razón, pido perdón por el dolor causado; ¨Solo espero encontrar la salvación¨