Parte II: Capítulo 8. Semillas de loto

6.5K 790 552
                                    

En las siguientes horas Jiang Cheng pensó que debía decir algo pero no encontraba un tema de conversación

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

En las siguientes horas Jiang Cheng pensó que debía decir algo pero no encontraba un tema de conversación. Recordó que durante el viaje no había puesto esfuerzo ¿no sería raro hacerlo ahora?

Cuando finalmente pudo ver a Lan Xichen desde un ángulo mejor, tomándolo desprevenido, vio que estaba tranquilo. Estaba cómodo con el silencio que había entre ellos.

La razón no era que deseara callarlo, sólo no había presión. Aunque sólo habían pasado unas horas tras acordar dejar las formalidades, Lan Xichen se sentía cómodo desde hace días. Lan Xichen notaba ahora que no estaba incómodo con Jiang Cheng, sólo sentía tensión cuando su hermano aparecía y se retaban el uno al otro con miradas.

Lan Xichen no había regresado del todo a la vida diplomática. Tras bajar, resolvió todos los pendientes que pudo a través de misivas y comunicados. Pero incluso en casa había momentos incómodos:

Los ancianos del consejo preguntaban si podría enseñar a los discípulos mayores. También pedían que hiciera algo con su cuñado y sus experimentos. Otros deseaban conversar y contarle los pormenores de lo ocurrido en su ausencia. Algunos más querían recomendarle nuevos libros que habían conseguido durante su ausencia. Todos aprovechaban para preguntar sobre sus pensamientos sobre el matrimonio. En general todos esperaban que Lan Xichen regresara como si no hubiera pasado nada, pero él no sabía cómo.

De pronto en las reuniones se quedaba mirando a un punto perdido mientras fingía escuchar a los ancianos. Podía arreglarlo con una sonrisa pero no iba a funcionar por mucho tiempo.

Muy pronto notarían que había dejado de cultivar con la espada o que ya no pintaba. Mucho menos se sentía una autoridad moral para darle clase a los discípulos.

Pero Jiang Cheng no lo había cuestionado respecto a tomar su espada. Tampoco hacía preguntas.

En ese momento era más cómodo estar con él que en su secta.

Llegaron al pueblo de la torre y descubrieron que toda la gente había regresado a sus casas

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Llegaron al pueblo de la torre y descubrieron que toda la gente había regresado a sus casas. En cuanto reconocieron a los cultivadores, se les animó para entrar en un salón de té.

Los lotos de GusuWhere stories live. Discover now