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-me alegra que por fin le hayas dado el cuaderno- dijo Phoebe mientras trenzaba el cabello de su hermana.

Estaban en casa de sus padre, Alex pasaría ahí aproximadamente tres semanas bajo la supervisión exhaustiva de su padre.

-si, aunque creo que debí quitarle algunas páginas- dijo.

-ya me imagino que tendran- dijo Phoebe divertida.

-no te burles, es serio- se quejó.

-ya no digo nada- levantó las manos rindiéndose- entonces que pasara ahora?- preguntó curiosa.

-no lo sé- se encogió de hombros Alex- al menos por los siguientes días no creo que hable con él, papá no lo dejará-

-no lo ha dejado más bien, ha estado viniendo a hablar contigo pero nuestro querido padre no lo deja pasar de la puerta- le contó su hermana.

-por el momento es lo mejor- dijo Alex dejando salir un suspiro- no soy capaz de mirarlo a la cara-

-en algún momento tendrás que hablar con él - le dijo su hermana.

-lo se, pero ahora no….

[····]

Minutos después Phoebe se fue a su casa, Alex por su parte tomó una siesta, era lo único que hacia, más bien lo único que su padre le dejaba hacer.

Despertó a las tres con mucha sed, así que se levantó de la cama y bajó por un vaso de agua, podía llamar a cualquiera o a sus padres para eso, como de seguro su padre le diría si la viera levantada, pero no le gustaba molestar a los demás con cosas que ella podía hacer perfectamente.

Fue a la cocina y se tomo un vaso de agua y aprovechando que ya estaba ahí se preparó un sándwich de queso asado, por su puesto su madre se encargó de que sus hijos supieran cocinar, además de hacer los quehaceres.

Mientras volvía a su habitación con él sándwich un vaso de jugo de naranja y una funda de gomitas tocaron el timbre y la verdad le extraño haber visto a nadie todo el rato.

Donde estaban sus padres?

Siguieron tocando la puerta y al ver que nadie más iba a abrir la puerta dejó todo en la mesa del recibidor y fue a abrir, no le preocupaba que fuera alguien peligroso, en todo caso no podría pasar de la reja principal.

A paso perezoso camino hasta la puerta y abrio para saber quién era, para su sorpresa y en parte mala suerte, era Bastian. Quedo como piedra un minuto hasta que reaccionó y quiso intentar cerrar la puerta, pero Floros fue más rápido y la sujeto de la cintura sacándola de la casa.

-suéltame- le pidió removiendo, mientras él la sujetaba más a él.

-no debemos hablar- dijo firme, se veía tan linda con esas dos tres.

-no hay nada que….DIOS QUE FRÍO!!- se quejó abrazándose a él.

Apenas estaba finalizando el mes de enero por lo que aún el clima seguía algunos grados bajo cero, entonces Bastián noto como iba vestida, una fina bata de seda que le llegaba a las rodillas.

Así que la cargó en sus brazos y subió con ella a su auto y con una seña le dijo a su chofer que conduzca, Alex temblaba levemente sobre él, nisiquiera se había percatado de adonde la había llevado él griego, con agilidad y Alex aun contra su cuerpo se quitó el abrigo que llevaba y lo colocó encima de ella.

-pronto entraras en calor- susurro sobre su cabello- porque no estabas en cama?- le preguntó luego de uno segundos, se suponía que ella debía estar en reposo.

-me dio sed y baje por un vaso de agua- contestó entonces noto donde estaba- Bastian- lo llamo alejándose un poco de él.

-si-

-a dónde vamos?- preguntó.

-a mi casa- contestó tranquilo acomodando un mechón detrás de su oreja.

-estás loco!- le grito- llévame a casa de mis padres- le exigió.

-no iremos a la mía, debemos hablar- dijo.

-no, no hay nada que hablar, ya te dije lo que debes saber, déjalo así- dijo Alex.

-por qué has cambiado de opinión?, cuando me diste el cuaderno dijiste que querías que estuviéramos juntos- dijo él griego.

-eso fue porque olvide arrancar y quemar varias páginas de ese cuaderno antes de darte lo- se defendió poniéndose el abrigo. Bastian sonrió.

-si, se de cuales hablas- dijo sin perder su sonrisa para después inclinarse a su oído- y he memorizado cada uno para hacerlos realidad después - susurro, eso subió rápidamente la temperatura de Alex.

-estás loco- chilló.

-claro que lo estoy- dijo - completamente loco por ti, creí que lo había dejado claro-

Su chofer se estacionó frente a su casa y esperó hasta que abriera su puerta para salir con Alex en brazos. Cuando entró él griego le pidió una taza de chocolate caliente para Alex, ara luego caminar directo a su habitación y la acostó en su cama.

-mucho mejor- dijo complacido cuando estuvo debajo de la frazada- que te ha dicho el médico?, como te has sentido?-

-me he sentido bien, algo cansada de vez en cuando, pero me dijeron que era normal- se encogió de hombros- Zuset es quién me atiende ahora y me dijo que en algunas semanas me volviera ha hacer unos exámenes- le contó.

-algo salio mal en lo que te hicieron ahora?- preguntó preocupado.

-mi papá le hizo la misma pregunta, pero dijo que todo salió bien y que esos exámenes eran para verificar que todo siguiera bien- explicó. Aunque algo en la expresión de Zuset le llamo la atención, algo ella le estaba ocultando de los exámenes pero no se los estaba diciendo.

-bueno, lo importante es que estes bien y que continúe así- dijo y su celular sonó, contestó sin mirar, pero sabía muy bien quién era- Señor Grey- contesto tranquilo.

-TRÁEME AHORA MISMO A MI HIJA FLOROS!!- le grito furioso. Solo vasto distraerse unos minutos con Ana bajo la ducha para que su hija saliera de su habitación y él aprovechará para llevarsela.

-no creo que sea posible, ambos tenemos algo importante de lo que debemos hablar- dijo mirándola, que por cierto había escuchado el grito de su padre por teléfono.

-eso lo pueden hablar después mi hija ahora necesita muchas atenciones y cuidados- dijo Christian.

-si atenciones y cuidados que le puedo dar sin ningun problema- contesto- no se preocupe señor Grey ella esta en buenas manos lo sabe- dijo para después colgarlo.

-le colgaste?- preguntó Alex incredula, nadie le colgaba a su padre, a excepción de su madre claro- te has vuelto loco- en media hora estará aquí tumbando tu puerta.

-bueno, aprovechemos el tiempo y hablemos- dijo- Alexia te amo, me enamore de ti desde el primer momento en que nos conocimos al igual que tu de mi, no sabes cuanto me costo guardar este sentimiento lo suficiente para algún día estar contigo al fin y él saber que tu sientes lo mismo solo me da más seguridad para hacer esto- se puso en una rodilla al lado de ella, sacando el anillo de su abuela justo de debajo de la almohada donde estaba ella- me harías el honor de ser mi esposa Alexia Grey?

Alexia GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora