Ascendencia Fuerte Parte II

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De cierta manera la conciencia del hanyou lo hacia sentirse mal por haber hecho ciertas cosas a Kagome y para repararlas se desvivía por atender a Kikyo. La cual aunque no se diera cuenta que había tras sus atenciones por un remordimiento de conciencia, se estaba incomodando de ser el centro de atención de Inuyasha.

—Te agradezco que te preocupes pero no debes hacerlo. No es tu deber, ya te dije que no cambiare mis decisiones —hablo tratando de calmarse, porque el hanyou la saca de sus casillas.

—He cambiado Kikyo, aun te amo —soltó, dejando a la mencionada muy incómoda.

Ella lo miraba como hallando una manera de encontrar las palabras necesarias y que no dolieran pero el hanyou no entendía con palabras suaves.

—Lo siento, no puedo corresponderte. Ya me has demostrado que no podemos ser compatibles. Además mi prioridad es ayudar con mis poderes a... —solo que fue interrumpida, al sentir la mano del hanyou tocando su rostro.

—Deberías darme una oportunidad —suplicó, mientras mantenía su mirada en aquellos ojos chocolates.

—Yo... —primera vez que se hallaba sin habla— veras.

—No me digas nada aun, quiero que lo pienses —interrumpió Inuyasha mientras se alejaba de ella.

Narra Autora:

Quizás ser tan inmensamente testarudos era la característica de los Taisho. Solo que Kikyo mantenía su reserva con Inuyasha, ya había pasado muchos dolores de cabeza cuando lo aceptó.

Aceptarlo de nuevo sería insensato.

Los sentimientos no la dominaban, en eso ella era muy equilibrada. Aunque lo amara no estaba dispuesta a pasar aquellas peleas o situaciones incómodas. No más se había dicho.

Al cabo de una hora, Sesshomaru volvió con Kagome en sus brazos. La mirada de tres Inus cayó en ellos y sabían lo que había pasado.

—En serio ¿lo tuviste que hacer en el bosque? —dijo con decepción el hanyou.

—Estoy de acuerdo con tu hermano —habló Irasue— debiste de esperar.

—Ya está hecho —habló sesshomaru, que contenía su alegría.

Dirigió sus pasos llevando a Kagome en sus brazos a una de las carretas y con sumo cuidado la colocó.

Kikyo con mucho apuro se acercó y con una mirada de reproche miró a Sesshomaru.

—No debió ser ahora —mirando los alrededores.

Miró a su amiga e invocó un campo que evitará que el nuevo aura salga y así dar aviso a los enemigos que Kagome era compañera de Sesshomaru.

—Eso evitará que se sienta su nuevo olor —indicó— debemos partir rápidamente, la noche será larga.

Detrás del Príncipe Heredero ya se hallaba su padre con una mirada seria que observo rápidamente a Kagome y luego habló a su hijo.

—Quería que la marcaras, pero no en medio del bosque, sin un lugar donde pueda descansar adecuadamente —reprocho su padre.

—Ya está hecho padre, es lo que se esperaba o ¿no? —respondió entre contento y serio.

—Debemos partir —ordenaba la Lady— ya va a oscurecer.

Después de decir esto, comenzó de nuevo a moverse aquel campamento.

Las miradas curiosas por saber qué había pasado a la miko, esperaban enterarse de algo. Solo que nadie supo de nada, los involucrados no dirían nada y el mismo Inuyasha guardaba receloso aquella información.

Un Giro Al TiempoWhere stories live. Discover now