Capítulo 26

13 4 2
                                    

Encuentro a Madeleine después de prácticamente obligar a una de las rubias amigas suyas, no me dio la dirección correcta pero el perfume suyo ha trazado prácticamente un camino hasta ella.

Se encuentra en la parte más lata del edificio, es un ático sin terminar lleno de cajas polvorientas, mi hermana se encuentra hecha bolita mirando por la ventana media luna que es la que da una mísera luz a la habitación.

—Me extraña que estés rodeada entre cosas de escombro—Me siento a su lado imitando su mirada, la examino un poco, tiene los ojos hinchados y el rimel un poco corrido, aún así luce adorable.

—Me hace sentir menos escombro—Su voz se escucha quedita, se pierde entre el eco del lugar.

—Charles es un estúpido—Lo digo así, sin filtro. Gracias Jackie por las lecciones.

—Probablemente mamá me regañe pero concuerdo contigo.—Acompaño su risa, le doy mi hombro para que apoye su cabeza, espero que mi remera no termine llena de mocos.

—Maddie—La llamo, ella levanta el rostro mirándome.—¿Qué hizo Charles?

Tarda un poco en analizar la pregunta, parece que no conestará nada hasta que la débil vocecilla acompaña el silencio:

—Fue mi primer beso, a los 8 años en la fiesta de John Bennet; el tenía 12 , fue la primera vez que había tomado rompope, estaba como una cuba—Suelta una risilla triste—Ni siquiera fue porque el quería, lo obligaron en el tonto juego de la botella, John sabía lo mucho que me gustaba y yo como ilusa me lo creí. A partir de esa noche le escribí una carta por semana, las dejaba en su butaca los lunes, dejé de hacerlo cuando el fue a preparatoria, creía que era porque estaba progresando con el ¡Ya me decía hola cada vez que nos topábamos en los pasillos! Ahora entiendo que fue porque en el fondo sabía que el nunca me correspondería de la misma forma.

Me levanto cansada de ver a mi hermana sufrir.

—Que le den a Leroux—Le tiendo una mano, ella la acepta para impulsarse e imitar mi acción—Mi abuelo siempre me ha dicho que las penas se olvidan congelándolas, ¿vamos por un helado?

—¿Estás loca? Es horario de clases—Me mira como si tuviese tres cabezas.

—He perdido al menos dos, química y álgebra; lo siento hermanita pero sus lloriqueos y tu escondite al estilo ninja gasta demasiado tiempo.

---------------------------------------------------------------

El resto de la semana en total normalidad, a excepción del castigo que el entrenado Twain me ha dado por fugarme antes de hacer la colada del equipo, no he tenido más problemas. He evitado tanto como he podido a Charles, por suerte Jamie se ha vuelto mi nueva confidente y por ende su molesto hermano Pierre, en más de una ocasión el chico se ha ofrecido a hacerla de consolador con Maddie.

—Pareces un zopilote—Le recriminó Jamie al salir del laboratorio cuando este había mencionado de nueva vez su propuesta.

—No te pongas celosa, Sola, hay mucho Pierre para el mundo—Le guiñó el ojo.

Es viernes y por ende el día en que me veré al franchute impostor/no impostor. La escuela es algo que trata de calmar mis nervios aparentemente, pero no hace más que darme tiempo para pensarlo una y otra vez.

Toco la puerta de Madeleine a las tres de la tarde para que me ayude con la salida; nos hemos vuelto más unidas desde el incidente de Charles, le he contado una parte de lo de Tim, no todo, sin embargo no ha hecho un comentario relevante mas que "Si te levanta una Van blindada no pagaré tu rescate" ¡Juro que me quiere un poco más!

Cuando entro después de que me autorice la encuentro tumbada en la cama viendo un episodio de Gossip Girl.

—¿Te podría spoilear de quién es chica indiscreta?—Mi voz le hace quitar la vista del televisor.

—He visto 18 veces la serie, es la favorita de mamá desde que tengo uso de razón, solo no me digas quien muere en la próxima temporada de Grey's Anatomy y no te enviaré de regreso a Estados Unidos—Pone en pausa la reproducción, se endereza un poco más recargando su espalda en la cabecera estilo princesa; luce fatal, lleva un camisón enorme y unos pans rosa chillón, me ha hecho caso empinándose no uno si no cinco potes de helado que ahora descansan vacíos en el suelo.

—Esto parece un cuarto de drogadicto—Me tapo la nariz, en realidad no huele mal pero hay que agregarle dramatismo a esa adicta.

—Estaría vacío de cosas caras si ese fuese el caso—Se hace a un lado para dejarme sitio, me siento a su lado y le arrebato el pote de helado, es el último espero.

—Necesito tu ayuda, saldré en una horas con Tim y solo me queda la falda de monja y el vesitido transparente—Mis palabras parecen espavilarla porque se para de una de la cama, me hace señas para que la siga a su vestidor, está más que claro que parece más de Paris Hilton que de una chica de 14 años.

Abre puerta por puerta, no es de mi talla pero tampoco es como si le llevara mucho, mi barriga no plana compensa sus dotes del desarrollo, los cuales yo poseo con escasez. Saca unos pantalones cafés un un top del mismo color, lo único que resalta con otro color es el saco blanco. No se de estilo, pero esto definitivamente tiene mucho.

—¿Has pensado en salir en esos programas de H&H que cambian por completo a la gente?—Ella ignora mi comentario, me tiende la ropa y me pide que me cambie en el baño. Unos minutos después salgo de él luciendo como una chica de Pinterest, solo me falta un Frapuchino de vainilla y listo.

Me ayuda a recoger mi cabello en una especie de cebolla sujetada por una fina pinza, brilla con cada movimiento que hago.

—Te vas a romper el cuello—Me dice para detenerme.—No llegues tarde, no aceptes una bebida a menos que veas como la sirvieron y cuando lo estes tomando no descuides tu vaso, no uses mucho el teléfono pero asegúrate de compartir tu ubicación conmigo...

—Si mamá—Respondo de mala forma, ella me lanza una mirada de enojo, aunque se ve que quiere reír.—Se supone que yo diría eso, soy la mayor.

Bajamos a la camioneta en donde su chofer nos espera, me da un pequeño abrazo que se siente un poco incómodo luego de unos segundos. Le doy una última mirada y me dispongo a subir, sus palabras me detienen:

—Corentine—Volteo—Sabes que lo hago por tu bien.

Trato de responder algo pero ella cierra la puerta por mi, la veo desaparecer por el vidrio del auto hasta que nos encaminamos por la calles de París.

04/06/2021

Dear CorentineWhere stories live. Discover now