Ella era perfecta, la novia ideal, bonita, delicada, detallista, con muy buenas notas y la líder del grupo de porristas, popular y deseada por todos los chicos de su escuela, solo tenía un defecto, se había enamorado de la persona equivocada.
Y él e...
-Siempre perdonas mamá -Dijo Vinnie- Pero nunca haces nada
-Sabés que tu papá es algo especial
-Eso me hace acordar a porque me largue de esta estúpida casa.
-Tu hogar -Dijo María.
-¿A esto le llamas hogar? Es lo más alejado a un hogar mamá, date cuenta ¡Por el amor de dios! No me arrepiento de haberlos dejado y vivir en mi departamento, créeme que ya les perdí el respeto
-Vinnie... -Dijo su madre.
-Si obsedo a venir aquí, no es por ti... ni mucho menos Fernando, lo hago por Flavia, mi hermana, ella no tiene porqué pagar sus errores y yo menos -Dijo Vinnie. Ah María lo miro llena de tristeza.
-Perdoname hijo
-Yo no tengo porque perdonarte nada -Agarró a su hermanita en sus brazos y la paro frente a él.
-Vas a volver ¿Verdad? -Dijo la pequeña
-Si, la próxima vez será con Sofia e iremos a tomar un helado al parque ¿Te parece? -Dijo acariciando su trenza dorada, la pequeña asintió.
-Ya quiero ver a tu novia, Vinnie -Dijo con su aguda vocecita.
-Es muy hermosa como tú -Sus ojos se iluminaron al hablar de Sofia- y es muy inteligente y perfecta...
-¡Woow! -Dijo Flavia- ya quiero conocerla -Dijo abrazando la rodilla de su hermano.
-Esta pronto porque ahora... tengo que irme -Le dió un beso en la cabeza y camino hacia la puerta- Adios -Dijo frío y salió de la casa.
Miro su reloj, las 9 de la noche, aún tenía tiempo para ir a casa de Sofia y arreglar las cosas, no la había visto en todo el día y no respondía a sus llamadas, tenía que verla, besarla y decirle que la amaba y que sentí ser tan imbécil!
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Apenas aterrizó el avión y puso los pies en Berry, el aire despeinó su cabello, la torre Eiffel era hermosa desde cualquier punto de vista, respiro profundamente el aire con sabor a tranquilidad, por alguna extraña razón el viaje no era tan mala idea.
-¡Bienvenidas! -Dijo Estefanía, su tía y la hermana de su madre, la mujer emocionada con ese outfit rojo que combinaba con su piel bronceada
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Sos ojos avellana y sus labios gruesos color rojo que resaltaba su hermosa y perfecta sonrisa, podrá tener 35 años pero parecía de 20.
-¡Estefanía! -Dijo Silvina dándole un abrazo
-¡Eres una pésima hermana! -Dijeron abrazándose- ¡¿Cómo está mi sobrina favorita?! -Dijo emocionada.
-Debo decir que estoy muy bien además soy tu única sobrina tía Estefi.
