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Eda me dijo que los aviones le traían malos recuerdos pero jamás creí que la iba a ver tan nerviosa, ella se retorcía las manos enfrente mío, inquieta pero cuando le pregunte me dijo que en un rato se le pasaría. A diferencia de ella Azize estaba entusiasmada de volver a viajar en avión, y de ver a Seliam y de ir a su antigua casa, iba sentada del lado de la ventanilla al lado de Eda.

Eda tomaba respiraciones profundas, y después de una hora o algo más en el aire tanto ella como Azize se durmieron profundamente, dejándome a mi cuidando de su sueño mientras leía unos informes de la empresa de Eda.

La verdad es que era impresionante lo que había hecho en tan poco tiempo, relativamente hablando ya que estudio, termino la carrera y desde que empezó a trabajar tuvo éxito hasta el punto de formar su propia oficina, y se veía incluso asociada en los proyectos más grandes de Italia con otras grandes oficinas de arquitectura.
Una sensación de orgullo me invadía de solo pensarlo, así como también una sensación agria de saber que no estuve ahí sino que solo lo leía, y la admiraba desde muy lejos.

Unos minutos antes de aterrizar desperté a mis dos hadas. Luego bajamos y después de agradecerle al piloto nos subimos los tres en el auto que había alquilado antes de venir.
Yo ya había estado en Italia alguna vez, pero hace años que no venía en cambio se notaba que Eda y Azize vivieron aquí ya que las dos conocían todo lo que cruzaban e incluso mi pequeña contaba anécdotas sobre lugares que frecuentaban.

Al llegar al edificio donde se encontraba el apartamento de Eda, el portero saludo contento, y celebró la llegada de mis chicas de nuevo al lugar. Eda me presento con él sorprendiendolo al decir que era el padre de Azize, y a mi me sorprendia escuchar a mi bella hada hablando en un italiano casi perfecto, otra vez se notaba su estadía aquí.

Llegando a la puerta del apartamento Azize tomo las llaves de la mano de Eda y abrió ella la puerta dejándonos pasar.
Se notaba que el lugar era de Eda, era cálido, acogedor e inclusive había toques de mi hadita más pequeña.

-Halime dejó una nota, dice que vuelve mañana si la necesitamos- dijo Eda levantando a la vista la nota que habían dejado en la mesita de la entrada.

-Y a abuela??- pregunto entusiasmada Azize.

-La voy a llamar ahora mi amor, para que venga a vernos- aviso Eda.

-Papi te muestro mi cuarto??- pregunto mi bebé con una sonrisa.

-Me encantaria bebita- le dije dejándome arrastrar hasta el que era el cuarto de mi hija. Hermoso, y parecido al cuarto que tenía en Estambul. Después me llevo hasta el cuarto de Eda, donde ella y yo dormiriamos, también me mostró la cocina, el estudio que tenia Eda para trabajar desde casa.

-Bueno abuela, te esperamos- terminaba la llamada Eda justo cuando volvíamos a la sala.

-Tu abuela dice que va a venir a cenar, así que tenemos la tarde libre- dijo Eda sacándose los zapatos, acción que imito Azize enseguida.

-Creo que todavía tengo sueño mami- aviso mi pequeña bostezando.

-Tal vez podríamos dormir un rato, pero no mucho bebé porque después no vas a dormir a la noche- le dijo Eda mientras mi pequeña asentía y corría hacia su cuarto dejándonos solos.

-Yo también creo que tengo sueño aun- me dijo tirándose en mis brazos.

-Yo creo que estoy cansado tambien- le dije besando su hombro.

-Dormimos un rato entonces?- me pregunto buscando mi mirada.

-Claro que si- le dije levantandola en brazos para llevarla a la que seria nuestra habitación por los próximos días.
Cuando la deje sobre la cama tomó su teléfono otra vez mientras yo le sacaba sus sandalias del pie logrando que me sonría.

-Que vas a hacer?- le pregunte frunciendo un poco el ceño.

-Le voy a avisar a mi tía que ya llegamos sino me va a matar- me dijo haciéndome recordar a mi también.

-Cierto, yo también le voy a mandar un mensaje a mi madre para que sepa que llegamos bien- le dije besando su pie haciéndola reír.

Me acosté a su lado, y cuando termino de escribir su mensaje se acurrucó en mi pecho mientras yo escribía el mío para mi madre, que respondió un segundo después.

-Pongo una alarma para no dormir tanto?- le pregunte cuando ya la vi casi dormida sobre mi. Solo logro asentir así que puse la alarma para dentro de dos horas, no era mucho así que cuando termine estire mi brazo para dejar mi teléfono en la mesa de noche y dejando un beso en la mano de Eda me dormí profundamente.



Cuando la alarma de mi teléfono empezó a sonar o eso creí yo, intente aun con los ojos cerrados alcanzar el teléfono pero no podia hasta que la alarma paro de repente e intente acomodarme de nuevo abrazando a mi hada pero sentí que alguien se metía debajo de las sábanas y apoyaba su cabecita en mi pecho.
Así que abriendo un solo ojo la mire, y la encontré viéndome fijamente.

-Diez mi minutos mas papá- me susurro no queriendo despertar a Eda para luego acomodarse abrazándome,  derritiendome en todo el momento y también sacándome una gran sonrisa.

La alarma ya estaba pospuesta cada 10 minutos así que no tuve que hacer nada más que seguir durmiendo con mis dos chicas.

Volvió a sonar la alarma rompiendo el silencio del lugar, pero mis bebés al parecer estaban dormidas profundamente como solo ellas pueden hacerlo, intente estirarme sin molestar Azize, use toda mi elongación hasta que uno de mis dedos alcanzó el teléfono para arrastrarlo hasta que lo tuviera más cerca y pudiera apagar la alarma.

Justi cuando lo había logrado Eda empezaba a removerse pero enseguida se dio cuenta de que teníamos una invitada en la cama y levantó su rostro para verme.

-Vino ella sola- le dije sonriendo un poco.

-Sigo teniendo sueño- me dijo haciendo un puchero.

-Tambien yo pero si seguimos durmiendo después no vamos a descansar en la noche- repeti lo que le había dicho a nuestra hija haciendo que ruede sus ojos.

-Bien- susurro unos segundos más tarde para empezar a acariciar el cabello de mi pequeña.

-Azize, Azize mi amor ya despierta- le dijo Eda empezando a acariciar el cabello de mi bebita.

-Mami?- pregunto ella.

-Si bebé, ya tenemos que levantarnos sino después no vas a dormir nada, Y la abuela quiere venir a verte- le dijo sonriendo.

-Bueno- respondió mi pequeña pero se acurrucó más contra mi haciendo que Eda sonría y niegue con la cabeza.

-De verdad pobre de tu yerno- me dijo ella levantándose en tanto yo me ponía serio.

-Que yerno? De que hablas Eda- le pregunte haciendo que ría un poco

-Hablo de nuestro futuro yerno, pero no te preocupes por ahora Serkan, que el único en la vida de nuestra hija eres tu- me dijo dejando un beso en mis labios.

-Y en la tuya?- pregunte recorriendo su cuerpo con la mirada.

-No hagas eso- me regaño.

-Y en la tuya Eda?- le volvi a preguntar.

-Tambien- me dijo antes de entrar al baño dejándome solo con nuestra bebé. 

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