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- Jeonghan... - escuchó como un susurro bajo y calmado - Por favor, resiste... Puedes hacerlo... Tú eres más fuerte que esto...

¿Realmente lo era? Porque su mente y cuerpo habían perdido conexión entre ellos. El dolor que su pecho experimentaba no era capaz de ser calmado con las palabras dulces de Wonwoo. Su mente divagaba en algún desierto oscuro donde sólo podía percibir un frío lleno de abandono y una canción triste que el viento parecía susurrarle al oído. La montaña rusa había caído hasta lo más fondo... Todo era tinieblas, con densa neblina que no permitía que mirase unos días a futuro. El dolor se había instalado en él para quedarse, y no hablaba de dolor sentimental, de hecho, esperaba que algún día su mente y cuerpo volvieran a conectar. Porque por el momento, se sentía dividido. Incluso si estaba triste y pensaba en llorar, su cuerpo simplemente no se enteraba de ello, sólo sentía un dolor el pecho producto de tantos sentimientos reprimidos.

De no ser por el calor de Wonwoo, se habría vuelto loco los primeros dos días en el centro de rehabilitación. Pero como todas las mañanas, su castaño favorito estaba a su lado desde antes de que abriera los ojos al despertar. Lo miraba con una sonrisa, limpiaba el excesivo sudor de su cuerpo, lo ayudaba a bañarse y cambiarse por ropa limpia y le ofrecía sus brazos para aminorar su temblor incontrolable. Luego se quedaban así durante horas, con Wonwoo acariciando su cabello, abrazándolo por la espalda y susurrándole palabras de aliento

- Wonwoo - Gimió al borde del llanto - Ya no puedo...

- No digas eso. Claro que puedes. Siempre se puede

- No estoy mejorando...

- Las alucinaciones se fueron ¿No?

- Sólo puedo pensar en que quiero arrancarme el cabello... ¡Estoy volviéndome loco!

Jeonghan se safó del agarre de Wonwoo y cayó de la cama. Se arrastró a una de las esquinas, abrazó sus rodillas y comenzó a menearse como si fuese una mecedora

- No puedo - soltó una lágrima - No puedo...

- Jeonghan

El pelilargo saltó cuando lo descubrió a su lado ¿En qué momento había llegado tan rápido? Ya no debería de sorprenderse, porque donde quiera que Jeonghan mirase para buscarlo con la mirada, era fácil encontrarlo, porque él nunca de alejaba demasiado, y siempre estaba listo para cumplir cualquiera de sus peticiones, pero aún así, se sorprendía de la entrega que Wonwoo tenía hacia él, como si procurar su bienestar fuera su único objetivo de vida

- ¿Quieres escuchar la canción que Jihoon hizo para ti? - preguntó dando un beso en sus manos - Siempre logra calmarte...

- ¿La canción? - preguntó abriendo los ojos y dejando de mecerse - ¿Mi canción? - esbozó una sonrisa que a muchos se les hubiera hecho aterradora. La piel de Jeonghan se había vuelto pálida y ceniza, pero para Wonwoo, siempre sería la más hermosa

- Sí - sonrió colocándole los auriculares de diadema - Tú canción... Deberías empezar a practicar. Cuando salgas de aquí, ya no te quedará tiempo para ensayar lo suficiente...

Jeonghan se quedó quieto antes de que la canción comenzara. Pensó en el ser humano tan deplorable que era, y en lo afortunado que seguía siendo a pesar de sus infinitos errores. El profesor Jihoon y el profesor SoonYoung se habían enterado de todo lo ocurrido, y aún a la distancia, seguían presentes. Por supuesto, ellos conocían el proyecto final que se evaluaba cada año, uno similar al que habían presentado con la obra de Caperucita y la presentación de Flower. Ninguna había podido proceder debido a la partida de Wonwoo, y esta, era su nueva oportunidad de mostrarse como artistas reales. Ambos profesores entendían la importancia de dicho proyecto, así que decidieron ayudar, aún desde la distancia y aún cuando Jeonghan no había pedido su ayuda. Si algo lo motivaba a salir de ahí pronto, además de Wonwoo, era el deseo de bailar y cantar Purple Rose.

FLOWER (Seventeen)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant