Capitulo 25.

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Así fue como Victoria y Arriaga regresaron a la hacienda Balvanera, en todo el trayecto Victoria iba callada al igual que José Ángel, ella no hablaba por las inmensas ganas que tenia de llorar. Una vez que habían llegado a la hacienda el bajo primero y la llevo cargando hasta dentro de la hacienda.

Victoria: Arriaga no es necesario yo puedo caminar sola (dijo mientras se sostenía del cuello de él)

José Ángel: No señora, prefiero llevarla yo aparte ni pesa (cargándola)

Ellos entraron a la casa cuando de pronto Victoria no podía creer lo que veía y Arriaga tampoco.

Victoria: ¿Arturo? (dijo con miedo)

Arturo: El que viste y calza, veo que ya olvidaste al que fue tu esposo durante 18 años y olvidarlo con el capataz de tu hacienda, por lo visto eres igual a tu madre (dijo desafiante)

Victoria: ¡Cállate Arturo! (grito mientras bajaba de los brazos de Arriaga)

José Ángel: Señora no haga mucho esfuerzo recuerde que le puede hacer daño (trato de calmarla)

Victoria: Arriaga déjeme sola con Arturo (dijo muy enojada)

Arturo: Tu esposo, porque aún no nos hemos divorciado mi amor (dijo en tono burlón)

José Ángel: Esta bien señora, con permiso, eso sí cuídese mucho (dijo antes de retirarse)

Arturo: Aww esto parece de cuento, el empleado enamorado de su patrona, eso de cuídese, sonrisita, preocupación, deje de ser ridículo y lárguese (hablando fuerte)

Victoria: Eres un idiota, tú no tienes por qué venir a hablarle así a los empleados de mi casa, tú no eres nadie aquí, es mas no sé a qué se debe su desagradable visita (le grito)

Arturo: Tan desesperada andas por un hombre que hasta buscas a tus empleados, pensé que tenías más categoría para escoger tus amantes (sarcástico)

Victoria: Eres un desgraciado (le dio una bofetada) y tú que me puedes decir, que diría la gente al saber que me case no con un macho que le gusta golpear a las mujeres para obtener lo que quiere y que es un cobarde por eso tuviste que amenazar a mi padre para que no te quedaras en la ruina (sonriendo) porque no serias nadie si no fuera por mi

Arturo: Deja de decir estupideces quieres (enojado)

Victoria: ¿Qué? Acaso no te gusta escuchar la verdad, o entonces según tú me imaginé todo lo que vi aquel día, por Dios Arturo, te estabas besando con esa tipa aquí en mi propia casa, ni eso pudiste respetar (gritando)

Arturo: Eres una estúpida, nadie creería semejante tontería, además yo soy muy macho te lo demostré por 18 años

Victoria: Si claro un macho que golpea, engaña, déjame decirte que eres un cobarde, un poco hombre, eso eres (gritando)

Arturo: No te voy a permitir tanta tontería junta (le iba a dar una cachetada cuando ella se llena de rabia y lo detiene)

Victoria: Tu a mí no me pones una mano encima me entendiste, no soy la misma de antes, aquella chica a la que le golpeabas sin culpa alguna, he cambiado, ahora lárgate, porque entre tu y yo no hay nada de qué hablar (dijo mientras señalaba la puerta)

Arturo: Vaya la zorrita de mi esposa aprendió a tener carácter (dijo en tono sarcástico)

Victoria: Ninguna zorrita como dices, soy una mujer decente, soy yo la que duda de la hombría del hombre con el que lastimosamente me case (lo miro seria)

MILLONARIO DE AMOROù les histoires vivent. Découvrez maintenant