Capítulo 22

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Narra Max

Eran tan difícil de asimilar que mi hija fuera el alma gemela de ese hombre, simplemente no podía. Cuando Eliana nos lo confesó a Sofía y a mí... no pude evitarlo y terminé por gritarle considerándola culpable de todo lo que estaba pasando, cuando en realidad el único culpable era Stefan. Él era él único culpable en esta historia y nadie más.

Me senté sobre uno de los troncos de los árboles que derribé y me puse a meditar un poco la situación, empecé a comprender que a pesar de que Eliana es una mujer fría y despiadada algunas veces y más cuando tiene que serlo, en el fondo es una mujer dulce y tierna que haría hasta lo imposible para proteger a los que ama.

Ser una bruja blanca para ella no es fácil porque siempre tiene que lidiar con las visiones o premoniciones que llegue a tener advirtiéndole sobre alguna clase de peligro. Además le he visto sufrir incontables veces esas premoniciones y visiones que hubo veces en la no podía dormir ni tan siquiera un poco.

Pero desde que llegó Damon a su vida eso cambió y su sufrimiento se redujo considerablemente hasta el punto en el que ya no tuvo premoniciones o visiones de algún tipo. Hasta ahora volvió a experimentarlo pero no fue tan intenso como las demás veces en la que tenía que ir a calmarla como si de mi hermana pequeña se tratara, así considero a Eliana como una hermana pequeña a la cual debo cuidar y proteger pese a que ella sabe protegerse.

Suspiré pesadamente pensando en que debía ir a disculparme con Eliana, pero antes de poder hacer eso sentí el aroma de Sofía, levanté la vista y ahí estaba sosteniendo su vientre mientras se acercaba a mí. Se sentó con cuidado mientras la observaba asegurándome de que no le pasara nada. Tomó mi mano y sonrió cálidamente. También sonreí.

—¿Estás más tranquilo?—Preguntó.

—Si... lo siento... no debí haber reaccionado así frente a ti en tu estado.

—No eres el único Max, yo también le grité a Eliana, pero sé que ella no lo hizo con mala intención y sobretodo sé que para ella es un martirio lidiar con las premoniciones y demás. Hubo veces en las que la veía que no había dormido mucho y supe con una sola mirada que había experimentado otra premonición, pero con Damon a su lado era evidente que no había sido tan intensa.—Dijo posando su cabeza en mi hombro.

—Lo sé. Aunque también sé que ella jamás ocultaría algo como eso a menos de que le preocupara.

—Es cierto... Eliana estuvo tan intranquila durante los últimos días que... ni siquiera quería hablarlo cuando le pregunté si todo estaba bien y ella respondía que si. —Ambos suspiramos y decidimos que ya era hora de entrar a la mansión.

Comenzamos a caminar cuando escuchamos un grito desgarrador y supimos enseguida que había sido Eliana quien había gritado de esa manera. Llegamos a la mansión rápidamente y vimos a Eliana durmiendo en el sofá, estaba sumamente inquieta, incómoda, ansiosa y no dejaba de repetir: "no, no, mi bebé no". Despertó y sus ojos se abrieron en grande, todo su rostro estaba empapado en sudor, su mirada mostraba terror, lo primero que vio fue a Sofía y a mí. No dijo nada y simplemente se levantó y se retiró. No se atrevió a mirarnos a los ojos. Damon fue con ella y nos hizo una seña indicándonos que no fuéramos.

(***)

Finalmente el silencio había comenzado su reinado, ya no se escuchaban gritos por parte de Eliana, todo estaba en absoluta tranquilidad y era una tranquilidad que daba miedo. Sofía estaba preocupada no sabía si ir o no a ver a Eliana, pero desde unos minutos la convencí de que fuera y ella accedió.

Luego de unos minutos volvió a la habitación y en sus hermosos ojos verdes pude notar que estaba sumamente tranquila. Sonrió cálidamente y dijo:

—Eliana quiere verte.—Dudé un poco, pero Sofía fue persistente y me obligó a ir, me tomó de la mano y no pude soltarme ella tenía mucha más fuerza en esta etapa de su embarazo. Tocó la puerta y escuchamos un "adelante", Sofía me metió empujándome hacia adentro y entró cerrando la puerta detrás de nosotros.

—Max yo...—La puse una mano al frente y la interrumpí.—No Eliana, no eres tú quien debe disculparse sino yo. Lo lamento... no debí gritarte no tienes la culpa de que mi hija sea la alma gemela de ese hombre. Perdóname.—Eliana sonrió.—No te preocupes es normal que tu reacción haya sido así, porque es tu hija a fin de cuentas y tu deber como padre es protegerla de todo lo que la puede llegar a lastimar.

—Aún así te pido perdón.

—Está bien. Acepto tu disculpa.—Dijo manteniendo su sonrisa en su rostro.

—También te pido una disculpa Eli, no pensé y...

—Sofía... no te preocupes, lo entiendo.—Respondió Eliana.

—Gracias...

—¿Por qué?—Dijo Eliana levantando una ceja un poco confundida.

—Por haber sido honesta y sobretodo por todas las cosas que hiciste por mí.—Eliana lloró un poco.

—¿Por qué lloras te conmovió?—Dije burlonamente.

—¡No! ¡Son las hormonas!—Exclamó Eliana. Volteé a ver a Sofía y ella también estaba llorando, se acercó a Eliana y la abrazó.

Contemplé aquella escena junto a Damon quien había llegado poco después y supo con una sola mirada de Eliana que todo estaba bien y resuelto. Solo esperaba que nada malo pasara en los tres meses que quedaban para que Eliana y Sofía dieran a luz y que por fin pudiéramos obtener la paz que todos necesitábamos tener en ese momento y en especial Ashton quien había estado sufriendo una maldición que deseaba que fuese rota cuando encontrara a su alma gemela si es vivía para encontrarla. El tiempo se estaba agotando y la guerra comenzaría cuando menos nos diéramos cuenta.

La Cazadora De La Noche: Tu peor pesadilla...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora