•Esto no se trata de ti•

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Mi labio ardía y sentía pequeñas punzadas en el. Bella fue llevada a la enfermería, mientras yo estaba esperando a que el director terminará de hablar con Charlie.

Odiaba ver sangre en mis dedos y blusa; era repugnante.

Edward y su hermano el castaño lograron detener la pelea. Pero lo hicieron demasiado tarde, ya que el rostro de bella estaba algo dañado por mis golpes.

No podía con la vergüenza que sentía en ese momento. Me sentía débil por no tener el control de mis emociones y acciones.

Me odiaba, y nunca dejaría de hacerlo. Nací con la peor maldición del mundo: tener que lidiar conmigo misma.

El sonido de la puerta abrirse me hizo mirar hacía esa dirección, y la escena no fue mi favorita: la cara de un Charlie molesto y cansado me miró con cara de decepción.

Director: señorita Swan, puede venir con nosotros.

Asentí y me levanté para entrar a su oficina. Me senté a lado de Charlie y el director me pidió que explicará lo que había pasado.

Alessandra: Bella y yo discutíamos por una tontería. Ella piensa que tengo algo con el chico que le gusta, ya que hace unos días yo... Yo estaba en la calle y unos hombres querían hacerme daño, pero Edward cullen me ayudó a salir de ahí. Yo no quise decir que él había sido el que me había ayudado, pero las amigas de Bella se enteraron ese día y ellas se lo dijeron hoy.- mi voz se escuchaba cansada. Estaba cansada de está situación tan idiota- Ella se enojo y caminó hacia el gimnasio, y decidí seguirla para explicarle lo que paso, pero fue mala idea. Ella me golpeó en la cara y... Terminamos en el piso por mi culpa.

No quería mirar a Charlie, no tenía la fuerza para hacer eso.

Charlie: Ella lleva tres meses limpia, tiene problemas con las drogas y con otras cosas. Sé que ella respondió a esto por sus impulsos... Ambas tienen la culpa. Así que considero que el castigo es para las dos.

Director: Puedes salir e ir a la enfermería a que te curen ese labio.

Alessandra: si, gracias. Con permiso...

Iba caminando por los pasillos cuando un brazo me jalo hacia un salón. Edward cullen me había provocado un serio problema.

Alessandra: Qué quieres, Edward?- mi voz salió cansada y frustrada.

Edward: Quiero saber si estás bien?- se acercó a mi para poder tocar lo labio, pero el dolor que provocó su tacto hizo que me alejará.

Pero eso no había sido lo único que hizo que me alejará; su piel fría y su repentino cambio de color de ojos me asustó.

Alessandra: estoy bien...

Sabía que estaba mal lo que diría, pero en ese momento era lo correcto. La cara de Edward cambio a una enojada

Edward: ni siquiera lo pienses, Alessia

Las palabras no tienen valor hasta que no se dicen, y por más que me doliera, debía hacerlo

Alessandra: No debemos ser amigos...

•Black out days•Where stories live. Discover now