Nada Me Impide Amarte...💖

Extra (aniversario de la historia)

Eva

8 años después...

Los brillos de mi vestido se destellan en el cuarto gracias a el sol que entra por la ventana.

Me miro al espejo y no puedo creer que esto esté a punto de pasar, me voy a casar y con el amor de mi vida. La felicidad no cabe en mi cuerpo.

Dirijo mi vista hacia el ventanal, donde observo todo con una sonrisa. El lugar sobresale por la infinidad de flores que la adornan, además que todo está decorado con nuestros colores, negro y rosa.

Un recuerdo llega a mi mente. La primera vez que lo ví con esa ropa negra que lo hacía ver tan misterioso, al final, terminó siendo todo un misterio del cual cada día descubro más y más.

Ay, Gatito, todo lo que pasamos valió tanto la pena, porque ahora estamos solo a minutos de empezar una nueva página en nuestra historia. Una historia que vamos a escribir juntos.

La voz de mi mamá me saca de mis pensamientos.
—Te ves tan radiante, hija— se pone tras mi espalda y nos miramos por el espejo.
—Estoy feliz— sonrió junto a ella.
—Se nota, mi amor — me abraza— Me hace tan feliz verte así. Estás a nada de comenzar una nueva vida al lado de un hombre maravilloso, que te ama más que a nada— se le empieza a humedecer los ojos, entonces, me doy vuelta y la miro.
—No llores que yo también lo voy hacer— reímos.
—Bueno— se seca las lágrimas invisibles y mira el reloj— ya debes entrar. Vamos— me da la mano para salir.

Llegamos hacia la entrada, ahí estaba Travis.

—Gracias por aceptar llevarme hacia el amor de mi vida— nos reímos.
—La pequeña Eva se va a casar. Voy a llorar— hace lo mismo que mi mamá y finge secarse lágrimas invisibles.
—Es hora, hija— mamá me sonríe y luego entra al jardín.

Manuel

Estoy extasiado, nervioso, emocionado, mi cuerpo transita por todas las emociones juntas.

Sonrió al verla entrar. Luce preciosa. Nuestras miradas chocan y sonreímos juntos.

Ella va iluminando todo a su paso. Ese vestido le queda a la perfección, su sonrisa es tan mágica y su preciosa mirada, dios, ella me encanta. Se ve... no, es la reina de mi mundo.

Eva llega a mi lado y tomo su mano,  mientras no dejamos de sonreír. Nuestros ojos brillan por el amor que compartimos.

(***)

Durante la ceremonia, ninguno de los dos deja de sonreír.

Es hora de los votos matrimoniales.

—Chica Rosa, eres todo que no sabía que buscaba o necesitaba. Llegaste a traer color a mis días, un color muy rosa, por cierto.— todos ríen— Prometo que voy a amarte, cuidarte, respetarte y sobre todo, prometo hacerte sonreír hasta el último día de mi vida—
—Gatito, desde el primer día prometí hacerte feliz, aunque eso parecía complicado, lo intenté y lo logré. Logré hacerte feliz y prometo seguir haciéndolo día a día. Quiero amarte y decirte “gatito, lo logramos” cuando lleguemos juntos a los 70 u 80 años. — se ríen y muchos ya derraman algunas lágrimas— Hoy tomo tu mano para no soltarte nunca y así para iniciar este nuevo camino juntos—

—Por el poder que me declara la iglesia, los declaro marido y mujer— dice el padre— puede besar a la novia—

Manuel mira a Eva y acaricia su rostro para luego acercarse y besarla. Luego, ella recuesta su frente en la de él y los dos sonríen.

Él se gira, mira a todos y ambos corren hacia el centro del lugar.

—¡Estoy casado con la mujer más hermosa del mundo! — lo grita y todos los miran, mientras sonríen.

Toma a Eva en su brazos y la hace girar. En todo el momento, nunca dejaron de sonreír.

Él la baja y se quedan muy juntos, mirándose a los ojos.

—Lindo esposo, esta felicidad que siento no me cabe en el pecho— le dice, mientras sus ojos brillan más que nunca.
—Te amo, Chica rosa. Te amo, te amo, te amo— lo grita, de nuevo y Eva ríe.
—Te amo, Gatito. Te amo, te amo, te amo— Eva hace lo mismo.

Siguen sonriendo, sin soltar sus manos, sin dejar de mirarse a los ojos y, en ese preciso y emotivo momento se dan cuenta que ya nada podrá impedir su amor.