**CAPÍTULO 25**

17 1 0
                                    


***

Estábamos en el aeropuerto, abordando el auto que nos llevaría al lugar donde nací.

El señor Antonio estaba algo incómodo a que lo tratara tan distante. ¿Pero que más podía esperar?, después de todo, es un completo extraño para mi. Si me hubiera dicho la verdad sin que mis padres lo confirmaran, es obvio que ni si quiera tuvieran la oportunidad de acercarse y hablar conmigo.

- ¿Qué tal el clima Camila? A diferencia de Estamburgo, aquí hace mucho Calor - comentó el señor.

Traía mi mirada distraída hacia la ventana del auto, fuera de ella, podía ver como de una enorme ciudad cubierta por edificios, pasó a ser una escena de pequeñas casas marrón claro y el gran polvo que se levantaba mientras el auto se movía.

- espero y el polvo no arruine mi rostro - comenté sin hacer contacto visual y sin ninguna gracia.

Soñaba con algún día poder visitar algún desierto, venir a Mardin hizo que cambiará de opinión en cuestión de segundo. El polvo me asustaba.

Muchos dirán, nació ahí en ese lugar que lo encuentra defectuoso y se hace la delicada. Es cierto, como no hacerlo si soy una persona normal que vivió prácticamente toda su niñez siendo atendida y cuidada como una princesa.

- Camila, ¿has llamado a tu madre? - preguntó papá y lo regrese a mirar negando con la cabeza - deberías hacerlo, debe estar preocupada.

- Claro, lo haré en este momento - dije sacando mi celular y marcando, pero la llamada se colgaba a la falta de conexión de red - no tengo señal, ¿esto es normal? - dije mirando a mi padre y al señor Antonio.

- lo había olvidado - dijo mi papá.

- si, es normal, por esta parte del camino no tenemos cobertura, pero llegando a casa podrás llamar a la señora Rebeca - dijo el señor Antonio.

Genial, si me secuestran aquí en Mardin y huyo, es seguro que me volverán a secuestrar, dado que si esta parte es así con mala cobertura, debe haber muchos lugares igual de defectuosos.

Volví a fijar mi mirada a la ventana y dando un suspiro borraba esa idea tan estúpida de ser secuestrada en Mardin. Era obvio que nadie me conocía aquí.

*******

Había creído que el viaje sería rápido, pero más rápido me estaba muriendo de calor y de sed, busqué la botella de agua que había traído conmigo desde el aeropuerto, pero no la encontré por ningún lado.

- ¿Cuánto tiempo falta para llegar?- dije aventándome con el abanico que me había dado mi madre antes de partir.

- todavía nos queda una gran distancia cariño - dijo mi padre - ¿necesitas algo?.

- si, necesito caminar un poco, mis piernas se están entumeciendo y no encuentro mi botella de agua por ningún lado - dije haciendo una mueca de reniego.

- Camila, espera un poco, ya mismo llegamos a una fuente que hay en el camino y podrás descansar - dijo el señor Antonio.

- Gracias, espero que lleguemos pronto- dije

Y si, no pasaron ni diez minutos y ya estábamos frente a la fuente. El auto había levantado el polvo impidiendo ver que había alrededor. Molesta, salí del auto y tosiendo me acerque a la fuente. Papá y el señor se habían quedado dentro del auto y sólo el chofer y un guardaespaldas del señor Antonio me acompañaron.

- Dios, es un lugar tan lindo, ¿pero el polvo? ¿es en cerio? - dije mirando hacia el cielo y luego bajando mi mirada hacia la fuente que estaba muy elegantemente decorada. - al menos esta fuente rescata ese defecto - dije tomando mi celular y tomando una foto del lugar - se que a mamá le encantará ver esto - dije sonriendo.

Matrimonio Arreglado_ que difícil deshacerme de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora