**9**

43 2 0
                                    

Con sumo cuidado entre a mi casa, me escabullí por el jardín y me aproximé al balcón de mi habitación.

Mordí mi labio inferior al ver la larga cuerda que caía en forma de liana desde arriba, fue fácil bajar, pero ahora moriré al subir.

Me colgué de ella pero con mi peso rompí la cuerda y caí al piso sintiendo un gran dolor en el trasero.

Con una mueca de molestia miré a la parte de arriba y noté que la cuerda estaba cortada. Eso explicaba por que no me había caído al bajar. No había sido mi peso. Pero algo no andaba bien, ¿Quién la cortó?

Sigilosamente me escabullí hacia la puerta trasera y al girar la perilla rezando por que esté sin pestillo, sonreí al ver que las cosas salían a mi favor. Rápidamente entré y cerré la puerta al ver que la luz de unas linternas se aproximaba. Gracias al cielo las linternas pasaron de largo sin ninguna sospecha.

Corrí descalza hacía las escaleras para no hacer ruido con los tacones y luego las subí para llegar a mi habitación, abrí la puerta y me la encontré completamente oscura. Di un suspiro de alivio por no haber sido descubierta mientras caía rendida a mi cama.

- ¿Qué tal dormiste Camila?- dije medio sonriendo ya que mi plan había salido casi de maravilla. Aunque no me explicaba lo de la cuerda y las puertas sin seguro, la casa estaba descuidada en cuanto a seguridad, ¿Qué es lo que esta pasando con la gente del servicio? Pero eso ya no importaba, lo bueno es que esta escapada había sido casi calculada.

Por mi mente pasó lo que había sucedido en la fiesta e hice una mueca al ver que escapar para ir a ella no fue una gran idea. Cerré mis ojos con cansancio para dormir las horas que faltaban para el amanecer. Correr y llorar me habían agotado de forma increíble.

Estaba perdiéndome en mis sueños hasta que una voz hizo que regresara a la realidad.

- lo mismo me preguntaba yo, ¿ que tal tus sueños Camila?- la luz de la lampara se encendió y mis ojos se abrieron de golpe- lastima que estabas bien dormida que no quise interrumpir tus sueños preguntándote eso- me levanté de golpe tras el susto que me dio.

- Jacky- pude decir tras la sorpresa.

Ella estaba sentada en una silla cerca de la mesita de noche junto a mi lampara. La luz que iluminaba su rostro sin ninguna expresión me dio una sensación de pánico. Pero luego una cara de preocupación remplazó la anterior.

- ¿Qué es lo que te paso?- dijo acercándose y tomando mi rostro en busca de algún rasguño- dime, ¿estas bien?

Al parecer mi cara demostraba con gran evidencia de que algo me había sucedido.

Quité sus manos de mi rostro y le di una sonrisa.

- no te preocupes, es solo que cuando bebo mis emociones se alborotan- dije para que se calmara y no se lo diga a mis padres cuando regresen.

Ella me miró no muy convencida pero al final asintió. Su cara se volvió a una ceria y yo solo me quedé parada sin decir nada.

- creo que el típico truco de la almohada a quedado al descubierto- dijo poniéndose de pie ya que se había sentado sobre mi cama y se acercó al interruptor para encender la luz.

Al girarse pude notar el cansancio en sus ojos y un remordimiento se apoderó de mi pecho.

La mire con mi mirada llena de arrepentimiento esperando a que pueda perdonar mi actitud tan inmadura.

- yo, lo siento Jacky.

- lo que hiciste se merece un castigo, tu padre te conoce perfectamente y me dejo el castigo para ti. Él sabía que esto pasaría- dijo negando con la cabeza.

Matrimonio Arreglado_ que difícil deshacerme de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora