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Tauro, Géminis y Capricornio estudiaban en completo silencio. Estaban absortos en sus estudios, concentrados en sacarse las dudas que tenían para liberar su mente. Por el lado contrario a ellos, Virgo, Sagitario y Acuario hablaban acerca de ellos, se comentaban las dudas que tenían sobre el trío de amigos y demás.

— No alcen demasiado la voz, por favor, planeo mantenerlo en secreto el resto de mi vida— rió el pelirrojo.

— No puedo con esto, realmente no es creíble para mí— expresó Acuario llevando su mano a su pecho—. No me malentiendas, a ti te puede gustar quien quieras, pero... jamás imaginé que fuese Capricornio, esperaba a alguien como Tauro.

— ¿Por qué Tauro?— interrogó confundido.

— Pareces del tipo que le gustan las temperamentales— explicó.

— Oh.

— ¡Pero es grandioso! Ahora hay que idear un plan para juntarlos— expresó su felicidad Sagitario, dando pequeños aplausos de emoción.

— No, no podemos entrometernos, deben arreglar ellos mismos sus asuntos y resolverlo por sí solos— cortó la hada.

— ¿Cómo sabes que...?

— Es intuición, no los vi interactuar jamás o por lo menos no de buena manera. Presiento que algo sucedió, y no es de mi incumbencia, ni de la suya— señaló a la arquera—, así que solo seremos testigos en el renacimiento de su amorío y festejaremos al verlos juntos.

— Dudo que eso suceda, ella no está interesada en mí— rió en voz baja.

Acuario quería decírselo, quería comentarle de su instinto femenino, aquel que le mencionaba a gritos que sus suposiciones eran ciertas.

La ignorancia en este caso podía ser su mejor arma, para que las cosas avanzaran a su propio paso y sin ser forzadas. Podía decirle lo que pensaba a Virgo y darle un empujoncito, o dejarlo averiguar la verdad por sí mismo.

Por supuesto, escogió la segunda opción, porque no sería Acuario si no dejara a los demás a su propia suerte.

Pronto la chica volteó sus a su alrededor, sentía la presencia de alguien muy cercano a ella con la mirada puesta en su persona, y quería averiguar de quién se trataba.

No sabía si había sido la intensa luz de la luna, o tal vez el bullicio de fondo a causa de los demás estudiantes. Sin importar el motivo, lo único de lo que sí tenía certeza, era de que no podía evadir su mirada.

El magnetismo con el que la miraba hacía estremecer cada centímetro de piel perteneciente a ella. Su corazón latía a tan intensidad que creía que pronto saldría de su pecho. Intentó buscar alguna excusa sin importar lo patética que fuese, solo para intercambiar alguna palabra con él, pero al final decidió no hacerlo.

— Acua, ¿sucede algo?— preguntó Sagitario tocando su hombro, y trayéndola de regreso a la realidad.

— Sí, estoy bien— afirmó sonriendo levemente, y dándole un sorbo a su vaso.

Del otro lado, con los demás observadores, nacía un particular hobby por observar a personas sin importancia para ellos.

— Míralo, otra vez se "distrajo"— lo señaló riendo con ironía Tauro, quien señalaba al demonio hipnotizado por el aura resplandeciente y radiante de la hada.

— Este chico no tiene remedio— mordió su labio la sirena cuando se percató de la mirada del pelirrojo, y la ignoraba.

— ¡Sólo estaba observando la fauna, lo juro!— se defendió Géminis.

Magical School of the Night ━ ( Zodiac ) Where stories live. Discover now