Capitulo 11: También fue un humano.

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¿Qué tal? Lo siento, he vuelto xD bueno, antes que nada he de agradecer a todos los lectores que se han animado a leer mi historia. he de decir que, eso me ha motivado mucho, y es que hace poco me hice una maratón leyendo los comentarios y es que me reí como nunca. Las cosas están mejor, problemas menores que no interfieren con mi escritura -a excepción del tiempo, la inspiración y las novelas chinas gays-; en fin, debo decir que otorgue el permiso de escribir o continuar está historia a dos personas pero, hasta ahora no he tenido noticias, como sea, me he animado a continuar está historia otra vez ahora que las cosas privadas están mejor guardaditas.

Lamento el disgusto señores, así que ahora, disfruten de este nuevo capitulo aunque sea corto. 


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En su poco tiempo en el bosque, Tanjiro ha logrado memorizar gran parte del mismo. La ubicación de arroyos, prados multicolor cuyos aromas relajaban el estrés que constantemente lo atacaba, cuevas –unas más profundas que otras- que albergaban vidas, y plantas que antes no había visto ni escuchado. Aunque su compañía fue bastante problemática –su cuerpo, con menos frecuencia, recibía atenciones indeseadas-, Giyu-san resulto ser un buen guía, ignorando su "sutil" acoso.

Frutos que crecían en las copas de algunos árboles son su principal suministro de alimento, Tanjiro no puede darse el lujo de volver a la villa y acabar en medio de un combate donde –lo más probable-, es que personas inocentes mueran por las manos del enemigo o por su propia espada.

Pensando en ese último detalle, Tanjiro ha estado meditando sobre ello desde hace unas horas; esos parásitos resultaban ser una habilidad aterradora, no solo por el hecho de que convertían a un humano en una imitación de un demonio, sino también, por el simple hecho de que acababa con vidas en un instante. Había informado un poco sobre la situación en la carta, y estaba seguro de que el Patrón daría dicha información tanto a Shinobu-san como a Tamayo-san.

El camino más sencillo, sería si Giyu-san lo guiase al escondite del demonio de una vez pero, teniendo en cuenta sus capacidades, lo más seguro era esperar por refuerzos que puedan manejar a los civiles afectados por los parásitos, y quizás, si Tamayo-san y Shinobu-san se encargan, encontrarán una manera de salvar a las victimas ya transformadas. Tanjiro confiaba en la habilidad de esas damas, ellas podrían encontrar una solución, estaba seguro.

−− Nezuko, ¿te encuentras bien? –Pregunto con cierta preocupación. Aunque la cueva proporcionaba protección contra el sol, agregando la seguridad de la caja, Tanjiro no puede evitar la sensación afligida por su hermana−.

Nezuko, disfrutando de la frescura que el suelo rocoso proporcionaba, volteo a mirarlo. Esperaban a que el sol se ocultara, faltaba poco para ese hecho; la joven asintió, y no dudo en gatear hasta las piernas de su hermano mayor, donde se dejo caer, y restregó su rostro en busca de caricias.

Tanjiro sonrió, y palmeo la pequeña cabeza de su hermana; estando en su forma más pequeña, al parecer, es mucho más exigente en cuanto a mimos se trata. Ya no estaba mamá ni papá ni sus hermanos menores para entregarles su parte, por lo tanto, Tanjiro entregaría esas dosis que le corresponden a Nezuko de parte de su familia.

Por otro lado, Giyu observaba esa interacción con curiosidad. En una de sus pocas memorias –casi inexistentes si no fuese por su propia voluntad de conservarlos-, había una persona que generaba una cálida sensación en su pecho, recordaba a su cuerpo que alguna vez fue un humano que sintió lo que son las emociones y sentimientos más profundos. Era una chica, una joven fuerte, valiente, amorosa y hermosa; ella, era hermana mayor, a quien apenas puede visualizar en su mente.

Trato. (GiyuuxTanjiro) (Cancelado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora