Capitulo 14: ¿Estas enojado?

3.6K 462 174
                                    


Con la noche cubriéndolo todo, y la luna en su máximo esplendor, la búsqueda continua con extremo detenimiento. Tanjiro confiaba —y su nariz colaboraba con su sentir— en que Giyu los guiaría a donde el demonio se escondía. No obstante, desde que al fin salieron de la calidez de la cueva hace unos pocos minutos, el demonio amigo no ha hecho más que caminar en total silencio, yendo entre arbustos y pasajes oscuros e incluso, no ha puesto ni una mano en su cuerpo —lo cual agradece pero, le preocupa que este deprimido—.

¿Habré dicho algo malo? —Observo el perfil ajeno, intentando buscar una señal de enojo que no involucre el aroma del mismo. Sin éxito, obviamente. Rindiéndose con la vista, decidió olfateo un poco, sintiendo el usual olor que acompañaba al demonio, sin anomalías ni extrañezas. Qué extraño.

—¿Pasa algo? —murmuró el demonio, deteniéndose. Tanjiro lanzó un chillido asustadizo, y Giyu no supo cómo interpretar su mirada temblorosa y expresión culpable del cazador—. ¿Hice algo mal? —preguntó, alzando una ceja.

—¡¿Q-qué? —exclamo, agitando sus manos erráticamente en negación—.¡No! ¡Claro que no!—Respiro profundo, y sin quererlo, su cuerpo se tensó. Aparto la mirada de la figura masculina, concentrándola en su hermana (la joven miraba las copas de los arboles como si fuese lo más interesante. Tanjiro quiso reír por ese dato pero se concentro en Giyu)—. Yo...ehm... —aclaro su garganta. Normalmente, no dudaba a la hora de preguntar pero, ahora, justo ahora, se sentía a explotar—. ¿H-hice algo malo?

Silencio. Un pequeño temblor, y luego, un jadeo— ¿qué? —Se limito a responder el demonio—. ¿Por qué crees que hiciste algo mal?

—Es... solo... —relajo su cuerpo tensado, y tratando de calmar sus nervios, llevo su derecha a su cabello. Sujeto un mechón rojizo, usándolo como objeto de desahogo—. Desde que salimos de la cueva, no has dicho nada, estas más serio de lo usual y ehm... ¿te pregunto si hice algo para que estés enojado?

Giyu entrecerró sus ojos, frunciendo el ceño. Sus ojos vigilaban cada pequeño temblor azotar el cuerpo del más joven, y aunque le causaba gracia esa reacción, no podía negar que estaba confundido— No estoy enojado. Tampoco hiciste nada malo, en realidad, se supone que serías tú el enojado.

—¿Eh? ¿Por qué estaría enojado? —cuestiono, estando igual o más confundido que Giyu.

—Me sobrepase en la cueva, puse mis manos donde no debía enfrente de tú hermana así que, ¿por qué no estarías enojado? —replico, desviando la mirada con cierta... ¿vergüenza? Eso es nuevo, pensó el cazador.

—B-bueno, ciertamente no debiste tocar mi retaguardia pero está bien, el golpe que te di basto y en realidad, ya me estoy acostumbrando a tus atencio- —Abrió sus ojos hasta más no poder. Si algo sabia de sí mismo, es que una vez comenzaba, no paraba hasta decir todo. Además, es un asco para mentir. Sus mejillas ardieron, y Tanjiro no sabía cómo proseguir— ¿...nes?

—¿Ah? —Giyu se relajo, ¿desde cuándo estaba tan tenso?—. Entonces, ¿no estás enojado?

—¡N-no! —respondió, sintiéndose mareado, avergonzado—. ¿Tú estás enojado? —Ya había hecho esa pregunta pero, su cabeza dando vueltas le dificultaba hallar el orden de las cosas.

—No. —contesto, encorvando sus cejas—. ¿Estás nervioso?

—No... —Obviamente, estaba mintiendo—. Si. —Apretó sus labios, y cruzo sus brazos, intentando detener sus temblores vergonzosos—. No me mires así... —murmuró, en un tono de protesta. Bajo la mirada, esperando por algo de lo que no estaba seguro.

Giyu suspiro, sonaba aliviado para sorpresa del cazador. Entonces, se acerco, y expreso—: Lo siento, es complicado para mí retenerme. —Antes de que Tanjiro pudiese decir algo, Giyu sostuvo esa cintura con suavidad con su izquierda, atrayendo el cuerpo ajeno en un abrazo increíblemente dulce—. Estoy enfocando todos mis sentidos en la búsqueda del demonio. Es bastante escurridizo, y se escapa con bastante facilidad. —explico, ocultando su rostro entre las hebras rojizas del cazador.

Trato. (GiyuuxTanjiro) (Cancelado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora