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Dylan López.
¿QUE HICE MAL?

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Es bastante tarde y me despierta un toquido a mi ventana con lo que parece ser piedras, sin mirar por la ventana bajo a abrír la puerta y recibo a un ser que casi no reconozco, tiene la camisa arrugada y por fuera del pantalón, su cabello desordenado y una botella de vodka en su mano.

—Ax, ¿qué haces? son las 3 de la mañana— reprocho pasando mis manos para restregarme los ojos para intentar estar más atento. Su silencio me abruma y más cuando ni siquiera me ve por estar cabizbajo.—Oye, Ax, ven pasa—hablo despues de un rato jalándole.

No me responde, así que decido pasar una de sus manos por mi hombro para llevarlo al cuarto. La oscuridad de la mansión me desconcentra, Axel apenas y camina y no puedo dejarlo en el mueble de mi casa por que luego mis padres me matan, en los cuartos de huspedes tampoco lo quiero dejar porque puede levantarse y hacer no se que por la casa, dudo que se levante por el estado en que esta pero, no quiero problemas con mis papás.

Luego de no sé cuantos minutos logramos subir las escaleras, nunca me imaginé que ayudar a un ser en estado de ebriedad era tan difícil.
Entramos a mi cuarto, y aún seguía confundido, Axel no es de tomar, es su primera borrachera así que hay muchas preguntas que dudo que me conteste en este momento.

Al acostarlo, le quité la botella de su mano para evitar que se siga empeorando, él se acomodó con algo de incomodidad y decidí caminar al balcón para intentar pensar que es lo pasó.

—Se besó con otro—balbucea cuando estoy a la mitad del camino, su comentario hace que me detenga, me volteo y lo veo sentado nuevamente con la botella.

—Ax, dame la botella, ya deja de tomar por favor—le suplico y extiendo mi mano,
me da la botella con fastidio y la coloco en el escritorio de nuevo y me siento en su lado.

—¿Se besó con otro?—cuestioné frunciendo el ceño.

—Ahí estaba yo enamorandome de ella—confesó con cólera.—Y ella se besó con ese imbécil—volvió a balbucear, se sentía lo molesto que estaba.

—¿Imbécil?—pregunté extrañado.

—Ax, pero nunca salieron—formulo con un tono gélido, creyendo saber sobre quien habla.

—Porque luego de que le pedí que saliéramos no me contestó más y me dejó con una cita planeada—explica entre dientes. Su tono de desilusión y tristeza me descomponen y más porque parece que realmente podrían llegar a algo.

—Ax, no es necesario beber hasta quedar inconsciente—contesto acariciando su espalda.

—Si, si es necesario, así olvidó que soy tan patético que nadie puede enamorarse de mí— se apoya de sus rodillas con sus brazos y tapa la cara con sus manos.

—Hey no digas eso, tu eres la persona más dulce, inteligente, atenta y amable que conozco, eres la persona que el día de mi cumpleaños 8 me regalo un cachorro vestido de un jugador de fútbol americano—veo una media risa en su rostro.—Que luego mi madre
dió en adopción porque rompió su vestido favorito y tú me consolaste porque yo no quería que lo regalaran, y luego le pediste a tus padre que me compraran otra mascota más pequeña para no tener problemas con el tamaño, llegaste con un hámster y una casa gigante para que tuviera y me hiciste sentir muy feliz, y aunque murió me diste a Rob, una pequeño glotón que nos divirtió por casi nueve años, así que no te voy a dejar que te trates y te digas cosas así cuando son mentira—explico esperando que se sienta mejor.—Tenemos estos collares con un tridente, porque somos tan fuertes como Poseidón, y es nuestro lazo de amistad.

𝘈𝘍𝘛𝘌𝘙 𝘈𝘓𝘓 ☁︎ [#1]Where stories live. Discover now