Marinette es la CEO de Miraculous, la casa de modas que diseña lencería fina. Está casada con el cantante compositor Luka Couffaine, con quien tiene una hija que está incursionando en la industria de la música.
La talentosa diseñadora jamás supero...
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Mi cuerpo se desplomó sobre la silla frente a mi escritorio. Estoy agotada; aun así, me obligué a venir a trabajar. Sin mencionar que el jet lag estaba pasándome factura.
Daría cualquier cosa por estar en mi casa, arropada en mis sabanas y despertando hasta el día siguiente ...aunque eso era imposible.
Ser la dueña de una importante empresa en la industria de la moda, tiene sus pros y sus contras, por ejemplo: la paga es buena, los auto regalos de la navidad pasada lo confirman...pero, no puedo darme el lujo de parar un día. ¡Qué clase de ejemplo le estaría dando a mis empleados!
Peor aún, cuando la razón de este cansancio era culpa de mi viaje repentino a New York, para ver a mi esposo y mi hija. Lo cual era considerado, un viaje de placer.
A decir verdad, nada de esto estaría pasando, si Luka no se le hubiera ocurrido la brillante idea de llevarse a nuestra hija de gira con él.
No iba negarlo, la felicidad que se refleja en los ojos celestes de mi pequeña azabache; cuando me platica de lo bien que la ha recibe el público en la apertura de los conciertos de su padre, me hace desistir de pedirle que regrese a Francia y deje ese mundo de reflectores; porque es muy joven para estar en el mundo del espectáculo. Me queda confiar en que Luka evitará que la fama se le suba a la cabeza.
—Oh, no esperaba encontrarte aquí—Kagami ingresó a mi oficina, con sus característicos pantalones palazo negros y una camisa estilo cuello de tortuga de seda blanca, su lacio cabello largo atado a una cola de caballo. La nipona es mi mano derecha en el área de administración y una muy buena amiga que conocí en la universidad—. Tu vuelo apenas aterrizó hace unas horas.
—Sabes lo responsable que soy con mi cargo—. Masajeo mis cienes. Necesito un café bien cargado para comenzar el día—. Además, los accionistas llamaron; quieren ver los ingresos de los últimos meses—. Le explico a mi amiga, quien toma asiento en uno de los muebles junto a mi escritorio. Kagami saca su Tablet para tomar nota. Ella se distingue por su atención a los detalles.
— Les envíe un reporte con esas características la semana pasada—. Frunce sus labios y, con gran maestría desplaza su dedo sobre la pantalla. Al terminar gira el artilugio en mi dirección, mostrando una gráfica bien detallada de lo solicitado por los accionistas.
—¡Lo sé, Kagami! —Me llevo mis manos con frustración a mi rostro—. Está reunión; es por el aumento de precio de los materiales que, usaremos para los diseños de la colección otoño-invierno.
—Cuando vean las ganancias después del desfile, se esfumará su desconfianza—exclamó despreocupada. Cruzando sus piernas y recostando su espalda en el sillón.
—Mientras eso pasa, debo convencerlos del porque debemos invertir en esos materiales.
—Tú carácter sale a relucir en las reuniones. No dudo que logres convencerlos—. Se encoge de hombros.
