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El silencio reinaba en la entrada del instituto, ninguno sabía que decir o que hacer. Aiden y Allison habían muerto, y un sentimiento de frustración y de abatimiento reinaba en el ambiente. Habían salvado a Stiles, ¿pero a que precio? ¿El precio de una vida eran dos más?
Ninguno quería llegar a pensar o decir algo, ninguno estaba listo para afrontar aquella realidad, porque, mientras ellos libraban una batalla, el resto de Mikaelson libraban otra, y era la de vencer a Dahlia y, tal vez, librarse definitivamente de Esther. Por supuesto, Khaleesi sabía que ella debía de estar con sus hermanos, pero también sabía que su manada la necesitaba. Esa era su encrucijada. Estar entre la espada y la pared.
—¿Qué es eso?— La pregunta de Aria hizo que todos se dieran la vuelta, observando el agujero que estaba comenzando a abrirse en el suelo. Al verlo, Khaleesi reconoció de lo que se trataba. Había llegado su turno. Pero había sido demasiado rápido, no había podido advertir a sus hermanos ni a nadie, y una parte de ella no quería vivir, en primera persona, todos los castigos que la deparaban al otro lado de aquel agujero. Pero, a pesar de ello, debía de hacerlo.
El agujero comenzó a expandirse, arrastrando hacia si interior todo aquello que pudiera estar a su alcance, no se cerraría hasta llevarse consigo a la persona que él buscaba.
—Esconderos o sujetaros. Si os absorbe os matará.— Garantizó Khaleesi mientras se agarraba a una columna con fuerza, al mismo tiempo que sus ojos se iluminaban, con la esperanza de que su poder fuera lo suficientemente poderoso como para cerrarlo, pero la fuerza de aquel agujero era demasiado fuerte incluso para su poder y su fuerza, por lo que no tardo en ser arrastrada hacia él, arañando consigo el suelo.
Justamente cuando Khaleesi veía que el destino que el resto de los miembros de su aquelarre habían corrido, se cernía sobre ella, Derek la agarró de la muñeca, haciendo fuerza para poder evitar que la híbrida corriera, posiblemente, el peor castigo de todos.
—Sueltame.— Pidió Khaleesi mientras el sonido del agujero se hacía cada vez más fuerte y ensordecedor.
—¿Qué? No.— Negó Derek mientras intentaba hacer fuerza, mientras que el resto buscaba la forma de no ser arrastrados.
—Sino lo haces arrasará con todo hasta que me tenga a mi.— Explicó Khaleesi. —Sueltame, por favor, Derek.— Le pidió haciendo que el hombre lobo negara ante su petición, pero aunque Khaleesi quisiera soltarse y por mucha fuerza que el hombre lobo hiciera, las circunstancias ya estaban sentenciadas y pocos minutos después, Khaleesi Mikaelson fue absorbida por aquel agujero. Condenandola a sufrir por todos los crímenes que su padres, hermanos y demás vampiros de su línea de sangre habían cometido.
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—¡Mi hermana no puede estar muerta!— Gritó Klaus completamente furioso.
