One - Shots [Yakusoku No Neverland]

5. Esperar

Personaje: Ray

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— ¿Te enteraste de la boda de Don?

— No, espero sea feliz — dijo tomo un sorbo a su té sin darle importancia a lo que su amiga había dicho.

— Él debió ser tu esposo.

La chica dejó la taza en la mesa mirando a Gilda con cierta sorpresa, le sonrió con amabilidad soltando una corta risa.

— Soy feliz con Ray, él es mi marido, y estoy conforme con ello — dijo en un tono bajo desviando la mirada.

Su amiga suspiró pesadamente, colocó una mano en la pierna de ella para captar su atención.

— Deja de metirte, tu matrimonio no fue por amor, era sólo por interés, o dime... ¿Tan siquiera Ray te ha tocado en estos dos años de matrimonio?

Ella permanecido callada, las muestras de afecto por parte de él era escasas, él solo trabajaba y poco hablaban, sin embargo, ella si que se había enamorado de él. No era del todo un secreto, el matrimonio con Ray había sido por el bien de la empresa que había heredado, por ello mismo, seguido temía por que Ray le pidiera el divorcio un día de estos, pues bien sabía que no había sentimientos de por medio por mucho que se esforzara.

— Tu silencio me dice todo. Aún eres joven, puedes encontrar a alguien, así como Don que te quiso demasiado.

— ¿Quieres más té? — dijo para desviar la platica, ella únicamente suspiro sintiendo pena por su amiga — Iré a preparar más.

[...]

Observó a Ray llegar muy tarde, quizás eran las dos de la madruga, cerro su libro para levantarse y ayudar a su esposo a quitarse el saco. Él no dijo nada, se miraron en silencio.

— Salí con Norman a jugar billar — dijo mientras entraba a la habitación para quitarse la camisa — No debiste esperarme.

Ella se dirigió al ropero para regresar con la pijama en mano entregándosela, se sentó a un costado de él mirándolo con detenimiento.

— No avisaste, estaba preocupada — dijo en un tono dulce, mientras acariciaba su cabello largo.

Ray volteó a mirarla con cierta culpa. Sonrió de manera corta recordando su conversación con el albino, y entonces se sintió mal al notar lo atenta que ella era siempre con él, no lo merecía. Se acercó a ella acariciando su largo cabello con suavidad, notó como se sonrojó inmediatamente, ¿siempre había sido así? Era realmente dulce, adorable, una dama completa, nunca había tenido problemas con ella, era tan considerada, sin embargo no había sentimientos y ello le dolía, deseaba poder llegar a amarla como ella lo hacía con él, deseaba acabar con ese amor unilateral. 

— Alissa, ¿por qué estas conmigo? — preguntó en un susurro.

La joven se tenso un poco, soltó una corta risa nerviosa, bajo su mirada, sintiendo la penetrante mirada de su marido sobre ella. Esa pregunta era la misma que ella también se preguntaba a diario, ella lo amaba, lo había llegado a amar después de empezar a vivir juntos, sin embargo, había notado a Ray en varias ocasiones viendo una foto en su celular de ex pareja. No era tonta, su amor era unilateral. 

— Yo... Enserio te quiero, pero tu... Aún añoras a Ana — dijo mirándolo a los ojos mientras estos se cristalizaban.

Ray se tenso, se levantó de la cama para dirigirse fuera del cuarto sin pronunciar palabra una. Dejó que las lágrimas cayeran cuando dio de un portazo, no era la primera vez sucedía al mencionar a la ex pareja, sin embargo, todas las veces le dolía igual a la anterior, sabía que su marido le era fiel, era un hombre muy respetuoso, pero, había algo en su interior que deseaba arduamente que llegara el día en que él dijera que ya no pensaba en Ana más y se le confesara finalmente, no era mas que una ilusión. Y con las lágrimas cayendo terminó por irse a dormir en soledad.