One - Shots [Yakusoku No Neverland]

2. Disputa

Personaje: Norman y Ray

Pedido de: DanielitaUnicornio

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¿Qué significaba el que su corazón se acelerará con ver al albino de ojos zafiros?

¿Qué significaba de el revoloteo en su estómago de ver al pelinegro siempre sumergido en su lectura?

No tenía respuesta para ella, ni formando parte de los más listos en el orfanato podía descifrar aquellas nuevas sensaciones al tener de la compañía de aquéllos chicos mayores. Siempre trataba de unirse a ellos, pero para ella ya no había lugar, no podía pertenecer a aquel grupo, ellos ya eran tres, y no hacía falta ninguno más.

Envidiaba de la atención que ambos chicos le prestaban a Emma, envidiaba que ella pudiera siempre estar con ellos sin ningún problema, envidiaba el simple hecho de que Emma respirara junto a ellos.

— Buenos días, Jess — la chica pegó un pequeño brinco completamente sorprendida.

— Buenos días, Norman — regreso el saludo completamente sonrojada.

El albino le sonrió como cada día, haciendo el corazón de la chica dar un vuelco. Lo sentía latir desembocado, y sus respiración se volvió lenta observando al albino ser abrazando por los niños deseándole un buen día o retarlo para un juego.

— Hey, Jess .

— Ray — dijo su nombre en medio de un suspiro, girando hacia el niño de negros cabellos con el rostro completamente teñido de carmesí.

La mano del niño se había posado sobre su hombre, causando de cosquilleo por todo su cuerpo ante aquél tan inocente y fino tacto. Le sonrió con dulzura sintiendo como sus mejillas se ponían más y más calientes, Ray sonrió de lado, quitó su mano del hombro de la chica, provocando en ella inmediatamente un gran vacío, sintiendo de frío extenderse; él se dispuso a dirigirse a la cocina para ayudar con el desayuno.

— Espera, Ray — se apresuró a tomarlo del hombro.

Una corriente eléctrica viajo por todo su cuerpo iniciando en sus dedos en donde tuvo de contacto con el azabache. Su cuerpo tuvo de un espasmo.

— ¿Qué pasa? — se giró el de aspecto de emo.

Desvío la mirada un tanto apenada, comenzando a jugar con sus dedos, empezó a balbucear. Realmente no había de una razón en específico para hablarle, de hecho había cruzado ya la línea de lo normal, pues de un saludo cordial por la mañana no pasaba, y ahora lo tenía tomado del hombro sin saber que decirle. Empezó a temblar ligeramente.

— Ah... No sé cómo decirlo — artículo finalmente.

Ray arqueó una ceja sin comprender a la chica de castaños rizos. Norman observaba la escena a la distancia con un notable semblante serio mientras abrazaba a uno de los niños.

— Sólo dilo — comentó el azabache colocando sus manos en los bolsillos.

Jess lo miró de arriba abaja con rapidez, cuando aquél joven adoptaba de esa postura no podía evitar pensar en lo atractivo que se vía, en especial cuando se apoyaba en la pared. Ray, era el chico por el que podía babear con tan solo verlo en cierta posición.

— ¿Podrías recomendarme algún libro de misterio? — fue lo único que en su mente tuvo sentido.

Ray volvió a sonreír, revolvió su castaño cabello, y Jess quiso desmayarse.

— Te veo después del almuerzo en la biblioteca — contestó aceptando su petición.

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