Morada | Fanfic Ratchet & Clank

Capítulo 1 | El primer día

—¡Ratchet, cariño! —dijo su madre.

El joven lombax ya estaba listo, aunque estuvo a punto de tirar su traje a la basura. La universidad exigía un uniforme de pantalones cortos de color marino que iban a juego con el traje de pingüino sobre la camisa blanca ornamentada de motivos florales.

—¡Estoy listo! —Bajó las escaleras y se dirigió a la cocina.

—Cariño, te he hecho tortitas —continuó. Las señaló con el dedo. Estaban sobre la mesa, junto a un tazón de leche con cereales.

Ratchet no supo qué decir. Antes de que siquiera pudiese agradecerlo, Stickgirl le abrazó.

—Eres tan guapo... Y te queda tan bien el traje... Mi niño... —comentó. Sollozó de seguido.

—Mamá...

—Nunca creí que te volviese a ver —continuó entre lágrimas—. Ojalá tu padre estuviese aquí, con nosotros. Estaría tan orgulloso...

—Mamá, voy a llegar tarde.

—Llévate el desayuno. Y ten mucha mucha mucha suerte en tu primer día.

Ratchet le dio otro abrazo, recogió la comida y se fue de la casa. Esperó al bus junto a otros estudiantes que no recordaba haber visto nunca.

—¿Por qué llevas una omnillave? —preguntó la joven que se sentó junto a él en el auto. Se parecía a Rivet. Su aspecto le recordó a ella. Tenía un color de pelaje muy parecido y el mismo corte en la melena.

—Siempre la llevo conmigo.

—¿Y por qué eres tan mayor?

—He venido de muy lejos-. Allí no era obligatoria la universidad.

—¿De dónde vienes? —continuó—. Oh... Perdón. Soy... una metomentodo.

—Tranquila. No es ningún secreto.

—¿Como te llamas? Yo soy Kora —dijo junto a una sonrisa. Alargó la mano.

—Ratchet —contestó, y le devolvió el saludo.

De repente, una lata de refresco golpeó la cabeza de Ratchet.

—¡Ay!

El lombax se giró enfurecido y levantó su omnillave, pero la chica le detuvo. Los matones del bus comenzaron a burlarse de él.

—¡Ratchet, no! -avisó la joven.

El chico se sentó de nuevo en su sitio.

—Estúpidos... Sabrán lo que es bueno...

—No. Ratchet. Te puedes meter en un lío. Es mejor que les ignores y que no hagas nada.

—¿O qué?

—O te expulsarán —dijo—. Uno de ellos es Unax, el hijo del lío de la directora.

—Lo siento. No lo sabía.

—No tienes porqué disculparte.

—¡Tú, novato! —dijo Unax tras acercarse hasta ellos—. Quiero tu omnillave.

—Ni hablar —se negó él.

—¡Unax, a tu sitio! —advirtió el conductor.

—¿Por qué te la traes? ¿Es que tienes miedo?

—¡Unax, no te lo voy a repetir! —exclamó otra vez. Frenó el bus.

—Vuelve a tu sitio, Unax —dijo Ratchet, sereno. El otro resopló.

—Te vas a cagar, novato estúpido —advirtió, y se fue a su sitio de nuevo.

—Vaya... —comentó la joven—. Sí que le has cabreado.