|11|

590 16 0
                                    

30/12/19

Me despierto escuchando un ruido "pip, pip, pip". Parpadeo un par de veces para ver bien. Lo primero que veo es un techo blanco. Siento algo en mi abdomen, bajo la vista y es la cabeza de Leandro. Miro para todos lados a ver si veo a Chase, pero no está. No hay nadie más que Leandro. Como amo a este hombre, acaricio su pelo y veo cómo va despertando. Cuando abre bien los ojos, me ve, sonríe y se levanta.

Leandro: ¿Estás bien? ¿Te duele algo?

Emma: Tengo sed -hablo y tengo la voz muy ronca.

Agarra la jarra con agua, llena un vaso y me lo da.

Emma: Y vos, ¿no te duele el cuello?

Leandro: Amor, aquí lo importante es que vos estés bien.

Emma: Vos también, así que no te hagas el que no te duele nada. ¿Los nenes cómo están?

Leandro: Los nenes están con tu mamá. Chase se volvió a Estados Unidos. Paulo y tu papá a su casa.

Emma: Chase se fue. Me dijo que tenía que volver, pero no me dijo que se iba esa misma noche. ¿Podés llamar a mamá para que traigan un rato a los nenes? Los extraño. ¿Tengo muy hinchada la cara?

Leandro: Ahora la llamo. Y Chase no te dejó una nota. Toma, sobre tu cara no tanto.

Me pasa la nota, sale afuera a llamar a mi mamá. Agarro la nota y la empiezo a leer.

Nota:

"Emma,

Me voy a Estados Unidos. No sé cuándo vuelva, pero tengo muchas cosas que hacer en mis empresas. Vamos a estar en contacto. Te amo nena.

Chase ❤️"

Suspiro, veo mi bolso en la silla donde estaba Leandro. Me siento bien en la cama y me acerco a agarrarla, pero me asusto por el grito de Leandro.

Leandro: ¡Emma! ¿Qué haces? No te podés mover así.

Me apoyo en la almohada y siento un fuerte dolor en las costillas. Pongo mis manos y hago una mueca.

Leandro: Anoche la doctora nos dijo que tenés dos costillas rotas, la mano rota y que cuides tu cabeza de tener golpes bruscos. Te tenés que quedar quieta, ya no más andar de acá para allá como antes. ¿Escuchaste? -me apunta con un dedo-

Asiento intimidada, miro sus ojos y ya no me miran con amor, sus ojos destilan frialdad. Me pasa mi bolso, saco mi celular y tengo dos llamadas perdidas de mamá. Estoy pensando si llamar a Chase o no, mejor no lo dejo tranquilo. Veo que mi mano tiene una aguja con suero. Leandro la agarra y entrelaza nuestros dedos, se abre la puerta y entran todos.

Emma: Eh, ¿cómo hicieron para que los dejen entrar?

Lionel: El poder de ser famoso.

Me río, pero no mucho porque me duele.

Emma: Hola bebés de mamá, vengan con cuidado.

Se sube Vicky y me abraza con cuidado al igual que todos.

Emma: ¿Cómo se portaron mamá?

Antonela: Muy bien, son mis nietos preferidos.

Emma: Ma, son tus únicos nietos.

Toda Una Vida Con VosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora