C A P Í T U L O 9. «NON DESIDERERAI LA MOGLIE DI TUO FRATELLO»

10.1K 705 35
                                    

NON DESIDERERAI LA MOGLIE DI TUO FRATELLO

__________________

—No sé cómo es que sigues soportando a ese imbécil, Abigail —pronuncio en un resoplido de pura obstinación.

¿Porque es mi marido, quizás? —me responde ella con ironía al otro lado de la línea.

Pongo los ojos en blanco mientras avanzo entre las casas adoquinadas de Willow St con una mano enguantada pegada a mi oreja sosteniendo mi móvil y la otra en el bolsillo de mi gabardina para protegerme del frío nocturno y otoñal que ha arribado en Nueva York.

—Existe algo que puede solucionar ese problema, le llaman divorcio —le devuelvo en el mismo tono, apurando el paso para llegar lo más pronto posible a la estación de la calle Clark, que gracias al cielo solo se encuentra a cuatro manzanas de mi piso en Cramberry St.

Vamos, Angie. Ningún hombre es perfecto.

Suspiro, odiando tener esta conversación de nuevo con ella. Me hace sentirme como una perra cruel, pero al mismo tiempo estoy segura de que nadie más que yo sería capaz de decirle sin ningún tipo de filtros que el hombre con el que se casó tres meses atrás es un perfecto mentiroso.

Todas esas salidas a mitad de la noche. Esos días enteros sin aparecer. Esas llamadas misteriosas. No es necesario ser demasiado inteligente para deducir que se trae algo, y que ese algo lleva el nombre de una mujer.

—Abby, por Dios. Que no sea perfecto no significa que debas soportar sus imperfecciones, no si eso te hace infeliz —le hago ver.

Angelina —dice, y sé que ya está perdiendo la paciencia porque acaba de llamarme por mi nombre completo—. Soy feliz con él. Y lo amo. Eso es lo único que importa.

—El amor no siempre es suficiente, Abigail —pronuncio sin pensarlo siquiera, como si esa frase fuera una verdad universal que no puede contradecirse jamás.

La escucho resoplar del otro lado.

Lo siento, pero que tú te conformes con la «no relación» que mantienes con Noah desde hace... no sé, ¿dos años? —«Año y medio» corrijo en mi mente, pero no hago nada por aclarárselo— no significa que al resto de la humanidad le venga bien lo mismo. Yo no le tengo miedo al compromiso. A mí me gusta estar casada, dormir todas las noches a su lado.

—Todas las noches en las que él no duerme por ahí, quien sabe dónde —resoplo—. Sabes qué, olvídalo. Tu matrimonio no es mi jodido problema, lo sé. Pero lo único que quiero es evitar...

Que yo sufra, lo sé —completa ella, suavizando la voz—. Pero ese es un trabajo que solo me compete a mí. No puedes andar por la vida intentando salvar a todo el mundo, Angelina.

«Está muy claro que no puedo» Salta una voz en mi cabeza, recordándome que no fui capaz de salvar a mi propia hermana. Mi otra mitad.

—Abby... —comienzo, pero ella me vuelve a interrumpir:

Te adoro, y lo sabes. Pero yo no puedo ver malicia en cada rincón como lo haces tú, Angie. Yo todavía tengo fe en las personas. Y tengo fe en el hombre con el que me casé.

«¿Aunque solo llevaras poco más de un mes de conocerle cuando lo hiciste?»

Le cuestiono en mi mente, pero me lo trago. Ya no deseo dañarla más.

—Vale —pronuncio con una exhalación, dejando que el vaho de mi aliento se materialice frente a mis ojos. Tengo tanto frío que, a pesar de llevar guantes, medias y abrigo, se me cuela por todos los huesos.

Seducir a la Mafia  [Pasiones Peligrosas #1]Where stories live. Discover now