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Dicen que la dependencia y el amor no son lo mismo, pero pueden ser fácilmente confundidos.

Taehyung apretó lo puños con fuerza, al mirar salir al último cliente de Jimin. Eran aproximadamente las cinco de la mañana, lo que significaba que habían estando juntos por horas.

No es como que el tiempo de servício le importara pero era un hombre, Jimin jamás había invitado a un hombre a su cama, sólo a él, porque Taehyung era especial, más especial que cualquiera.

Cuando entró a la habitación Jimin descansaba, con su cuerpo desnudo envuelto en sábanas blancas, apenas y noto la presencia de Taehyung cuando entró, para su sorpresa no parecía agotado.

Taehyung se sentó en la cama y pasó su mano por el castaño cabello de Jimin, acariciando de un lado a otro, sabiendo que sólo ese toque hacía a Jimin bostezar.

Jimin palmeo a lado de su cama y susurro:

—Sube, tengo mucho sueño, duerme conmigo.

—Quién es el hombre que acaba de salir —preguntó mientras se metia a la cama y se cubria con las sábanas.

—No lo sé —respondió Jimin sin interés —, sólo es un cliente.

—Es tu primer hombre —había un poco molestia en su voz, su corazón comenzaba a amargarse y luchaba para no dejar salir palabras de las que pudiera arrepentirse.

—Pago bien, no hay motivos para rechazarlo.

—Entonces cualquier esta bien, siempre y cuando paguen suficiente.

Jimin sonrió y pasó su mano y pierna derecha encima del cuerpo de Taehyung.

—Es nuestro trabajo, es mejor que hacerlo gratis —guiño un ojo y los cerró buscando conciliar el sueño.

Esas palabras calmaron a Taehyung, hasta que el hombre volvió al día siguiente y salió a la misma hora. Al día siguiente del siguiente, Jimin todavía se encontraba encerrado con él, lo que se prolongó a casi una semana.

—Ya no quiero que lo veas —mencionó, mientras comían un postre a base de gelatina de grosella y crema de leche, en el balcón de la habitación de Park.

Jimin miró a Taehyung con unos ojos incomprensibles. Negó con la cabeza.

—Ya lo dije, no es nada por lo que debas preocuparte.

—Él me molesta, tú eres mío.

Jimin dejó la cuchara con postre en la mesa, con el ceño fruncido y la expresión de sus ojos furiosa.

—Yo no soy de nadie Taehyung, entiendelo de una vez, si me acostaba contigo es por los beneficios que ambos podemos conseguir, tú me deseas, yo te deseo. Pero no lo confundas con nada más.

Taehyung estaba perplejo.

—Tú me amas —tomó el brazo de Jimin con fuerza mientras lo miraba a los ojos con molestia.

—Yo sólo me amo a mi mismo —sus palabras fueron crueles, tratando de alejarse del agarre. Cuando Taehyung lo soltó finalmente, se dejó caer en el asiento y respiro hondo—. Sal de mi habitación, estoy cansado de charlas sin sentido.

Park espero, espero algunos segundos hasta que los pasos de Taehyung sonaron en la habitación, sus pisadas fueron  fuertes y certeras como si intentará destruir el piso, hasta que dejó de sonar.

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