Alas negras

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Las aves siempre fueron la especie más asociada con la música, mayormente con el canto, por su hermosa voz. Todas aquellas aves que eligen el camino de la música le van bien, y Ugetsu Murata no es la excepción.

Y es que, de hecho, Ugetsu es una de las aves más famosas. Es reconocido a nivel mundial por su increíble talento tocando el violín.

La mayoría de las personas definirían a Ugetsu con las palabras gracia, prestigio y perfección. Sin embargo, Akihiko tiene en claro que la personalidad real de Ugetsu es muy distinta a como la consideran sus fanáticos.

No es que Ugetsu sea mala persona, pero en ocasiones es impulsivo, emocionalmente inestable y no sabe cómo expresarse correctamente. Aunque su mala forma de expresarse no es justificativo para discutir y hasta llegar a agredir a Akihiko, Ugetsu siempre es de cierto modo perdonado por Akihiko.

Pero no todo entre la ardilla Akihiko y el pájaro Ugetsu es odio. También hay ocasiones en las que parece como si ambos hubieran vuelto a ser esos dos adolescentes de secundaria que se enamoraron en otoño.

Akihiko siempre ha estado fascinado con las alas negras de Ugetsu. Y es que las alas desde tiempos memorables han sido uno de los mayores encantos de todas las aves, junto con el canto. La forma en que las aletean y las mueven al volar es cautivador.

Gran parte de los pájaros actualmente solo vuelan por diversión o cuando lo necesitan, pero siempre van a ver uno que otro pájaro en el cielo.

—Entonces, resumiendo todo... ¿crees que te quité tus bellotas?—habló Ugetsu sentado en el borde de la cama, tenía sus piernas cruzadas para disimular el hecho de que no traía pantalones ya que solo usaba su ropa interior y una camisa azul marino. El pájaro andaba descalzo y con sus alas recogidas.

Por otro lado, Akihiko se encontraba sirviendo un poco de café en dos tazas, este traía una vestimenta distinta a la de Ugetsu ya que Akihiko usaba solo un pantalón ajustado negro.

Ambos tienen una relación similar a la de los amantes, no se consideran novios como tal a pesar de que en su momento lo fueron. Han llegado al extremo odiandose, y no tienen límites al amarse.

—¿Las tomaste o no?—habló el rubio con seriedad, no le gustaba para nada que le quitaran sus bellotas, era lo primero en cosas que odiaba con todo su ser.

—¿Y yo para qué quiero unas absurdas bellotas?, casi me rompí un diente la otra vez que intenté comer una, ¿te parece que voy a estar pendiente de quitarte alguna?—respondió el ave viendo cómo su amante se le acercaba con las dos tazas de café en su mano. Le entregó una taza antes de sentarse a su lado con la otra—. Debiste dejarlas en el árbol... de nuevo...

—Lo más probable...

—Eres raro, te preocupas por tus bellotas tanto y las olvidas en los árboles—dijo Ugetsu teniendo en cuenta que era la segunda vez en la semana que la ardilla olvidaba sus bellotas en algún árbol.

Akihiko prefirió no responder a eso. Ambos se habían dedicado a beber el café de su respectiva taza, por lo que estuvieron en silencio un buen rato. Ugetsu detallando la cola de Akihiko ya que le fascinaba mucho por la textura de esta. Mientras que Akihiko trataba de hacer memoria y recordar en qué árbol dejó sus bellotas.

Al terminar de beber el café, ambos dejaron su taza sobre la mesa cerca de la cama. Ugetsu estaba ligeramente inclinado hacia atrás, apoyado de sus manos, en una pose que, en conjunto con su vestimenta, lo hacía ver sexy.

—Oye, Akihiko—habló Ugetsu con una sonrisa traviesa en su rostro mientras miraba el pecho descubierto de su amante. Akihiko lo miró atentamente, conoce esa sonrisa—. Mañana me voy de viaje... ¿y si lo hacemos ahora?.

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⏰ Last updated: Jun 24, 2021 ⏰

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¡Los gatos NO deben estar con los perros! (Given)Where stories live. Discover now