XXV

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Un mes, un mes había pasado desde que Hyunjin había llegado al castillo, y desde que se dieron cuenta que Chan estaba en la dulce espera.

Durante ese mes no habían pasado tantas cosas. El rey de Goyang volvió a su reino una semana después de que llegara Hyunjin, pero Jisung estaba seguro de que volvería, pues tenía que volver a encontrarse con cierto omega pelirrosa que había robado su total atención durante su estancia allí en el castillo de Seúl.

Hyunjin ahora estaba muy apegado a Jeongin y casi no se quería separar de el, pues dos semanas separadas fueron una eternidad para ambos, además de que Jeongin estaba cada vez más cerca de tener el parto, pues ya tenía cinco meses y ya casi estaba por el sexto mes.

Seungmin era más protector con Chan desde que se enteró de su embarazado, pues el estaba preocupado de que le sucediera como Jeongin y que estuviera en riesgo también. El alfa por lo general le pedía a Mingi que escoltara a Chan si el omega quería salir, pues no se sabe cuando es que Busan atacara.

Podía ser que la guerra comenzó hace poco más de un mes, pero el reino de Busan aun no daba ningún tipo de ataque a Seúl; por otro lado, Daegu era ahora liderado por el hermano menor de Hyunjin, un alfa llamado Félix que vivía en el pueblo, pero al ver que su hermano mayor estaba en peligro y su cuñado también, decidió ayudarlos y hacerse cargo de Daegu y esto Hyunjin lo agradecía demasiado.

(...)

— Hyung... ¿Cuándo pararan las nauseas? — Chan le preguntó al peli azul, quien rio con fuerza.

—A mi me pararon como al segundo mes —contesto Jeongin.

— Ya no quiero... — el rubio dijo haciendo un puchero.

— Piensa que lo haces por tu cachorro —dijo Jeongin posando una mano en el vientre de Chan, el cual ya se empezaba a notar levemente.

—Tienes razón — el menor suspiro.

Ambos omegas estaban en la habitación de Chan, pues el rubio estaba teniendo demasiadas nauseas y apenas podía pararse. Seungmin por otro lado, estaba resolviendo algunos asuntos con Hyunjin acerca de Daegu, además de tener que hacer entrenar aun más a la guardia real.

Ya todos los habitantes de Seúl sabían sobre la guerra, todos estaban informados para que tuvieran cuidado. Seungmin, quien había querido ayudar a los pueblerinos, no pudo, pues esta demasiado ocupado viendo cosas sobre la guerra y absolutamente no dejaría que Chan salga del castillo.

Jeongin y Chan salieron un rato al patio trasero del castillo, sus alfas no querían que salieran tanto, pero los omegas simplemente desobedecían.

Aquella tarde era tranquila y cálida, ambos omegas estaban solos, pues Minho se había enfermado de fiebre y debía estar descansando. Chan y Jeongin platicaban y estaban en su propio mundo, tanto así, que apenas se pudieron dar cuenta cuando fueron rodeados por unos cinco alfas.

Chan reconoció el logo en el uniforme inmediatamente y Jeongin también. Eran guardias de Busan, los cuales tenían espadas.

Jeongin fue el primero en reaccionar, y soltó un pequeño gemido, llamando a su alfa. Uno de aquellos alfas se acercó a Chan y le agarró del brazo.

— ¡No! ¡Suéltalo! — Jeongin se acercó, pero es agarrado por otro alfa.

— ¡Maten al hermano del rey de Seúl! — grita aquel hombre, haciendo que Chan reaccione inmediatamente.

Jeongin ya estaba empezando a llorar, había un alfa sosteniéndolo y una espada estaba justo en garganta, si daba un leve movimiento, era su fin.

Chan se acercó rápidamente, logrando zafarse del agarre de aquel alfa y corriendo hacia Jeongin, pero en cuanto se acercó, el agarre de la espada se acercó más al cuello del peliazul.

— N-No.... El no hizo nada... No lo maten — el rubio empezó a sollozar.

— ¡¡Mátenlo!! — grito con fuerza el alfa.

Lo siguiente que paso fue demasiado rápido para los omegas. Jeongin sintió que el agarre de ese alfa se debilitaba y cuando abrió sus ojos, pudo ver a Hyunjin con ojos rojos y gruñendo con fuerza, Hyunjin había matado al alfa que lo sostenía. Chan vio como unos guardias atrapaban a los 4 alfas que quedaban y los llevaban a la fuerza.

— ¡¡Quiero que los maten!! — Seungmin fue quien grito.

— Hyung... — susurró Chan y corrió hacia su alfa.

Seungmin y Chan se abrazaron con fuerza, pero la vista del alfa se dirigió a su hermano, que estaba sollozando con fuerza, siendo abrazado por Hyunjin, quien ya había empezado a derramar lágrimas también, pues el susto que les dio a ambos alfas fue muy fuerte.

—¿Estas bien? ¿Te hicieron algo? — Seungmin le pregunta al rubio, posando una mano en el vientre de este.

— No me hicieron nada... Pero... Iban a matar a Jeongin — el rubio sollozo.

— Jeongin esta bien, mira —Seungmin apunta al omega que ya estaba un poco más relajado junto a Hyunjin — Llegamos a tiempo — suspiro aliviado el alfa.

— Me asuste tanto... — susurro Chan.

— Lo sentí... Hyunjin también sintió el llamado de Jeongin y corrimos hasta aquí — Seungmin dijo.

— No se, yo solo seguí a Hyunjin, el y Jeongin tienen un lazo fuerte —el alfa sonrió.

Ambas parejas ya más calmadas, se dirigieron al interior del castillo. Cada pareja se dirigió a su habitación y cuando Chan y Seungmin llegaron a la habitación que compartían, se acostaron en la cama, pues querían descansar un poco del susto que se habían llevado. Seungmin se acostó y abrazó a Chan por la cintura, acariciando con dulzura el vientre del omega, donde se estaba formando su pequeño cachorro. Pero algo capto la atención del alfa, es ver que el pelo de su omega empezaba a tener un color rosado, pero se podía ver más el rubio junto con un poco de rosado, un poco más claro que el cabello de Minho.

𝙈𝙮 𝙆𝙞𝙣𝙜 𝘖𝘮𝘦𝘨𝘢𝘷𝘦𝘳𝘴𝘦Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora