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Hacía frío, muchísimo frío. La lluvia cayendo a toda prisa desde las cargadas nubes en el cielo gris, chocando con fuerza sobre el techo, creando un estruendo que de cierta manera es relajante. Todo era silencio, paz, sueños profundos que al despertar serían una pesadilla, ni siquiera un alma en pena podía ser capaz de interrumpir el ambiente tan pacífico.

O así fue hasta que, a las 8:00 AM en punto, la alarma de Mark Lee comenzó a sonar.

─¡Que alguien apague esa mierda! ─uno de los chicos exigió, enterrando la cabeza en su respectiva almohada.

Tuvieron que escabullirse en plena madrugada a la habitación que se encontrase más cerca para ir en busca de más mantas y almohadas, ya que no iban a alcanzar con las que tenían. Estaban muy borrachos y la verdad es que era un milagro del cielo, del universo o cualquier lugar, el que no los hayan descubierto riéndose por los pasillos, tropenzando y riendo cuando alguno se caía. Ahora se encontraban desparramados por la habitación del par de hermanos; Minho y Han Jisung durmieron en la cama del primero, en la cabecera, mientras que a los pies se ubicaron Chenle y Park Jisung. En la otra cama estaban Mark, Donghyuck, Hyunjin y Jeongin de la misma manera que los otros cuatro. Mientras que en el suelo, sobre varias mantas para sustituir la dureza y el inevitable frío que hacía presencia a altas horas de la madrugada, estaban Changbin, Felix, Jeno y Jaemin.

Se escuchaba bastante incómodo, y lo habría sido si el alcohol no se hubiese encargado de dormirlos profundamente, sin siquiera darles el tiempo de analizar dónde iban a dormir, con quién o en qué estado.

Bastaron unos cuantos quejidos para que decidieran levantarse. Ya no era lo mismo y siempre es preferible tratar la resaca que seguir evitandola. Debían desayunar, tomar el líquido suficiente para reemplazar la toxicidad que corría por sus venas y luego ya verían qué hacer con el dolor de cabeza y los mareos involuntarios.

─¡Vamos, no tenemos toda la mañana, Donghyuck! ─Hyunjin golpeó la puerta del baño repetidas veces, sin llegar a hacerlo muy fuerte─. Ayer con Mark y ahora esto, como se nota que tienes un fetiche con los baños.

Mark, desde luego, le propinó un golpe por hablar demás.

─¡Auch! ¿Qué? ─se acarició la zona y miró a Mark como si éste hubiese hecho lo peor del mundo entero─. ¿Ahora te molesta que te digan la verdad? ¡Anoche casi me quedo sin vejiga!

Sí, son un completo desastre. Todos.

Por otro lado, el borracho pecoso de la noche anterior estaba recién despertando, experimentando por primera vez la famosa resaca. Felix observó la ropa que traía puesta, pasó la mirada del pijama a Changbin y así unas tres veces, al menos. Y Changbin pareció comprender el dilema reflejado en sus lindos ojos.

─Jeno te cambió de ropa.

─Oh... ─asintió lentamente. Su cabeza estaba a la nada misma de explotar, se sentía al igual que los bajos de un parlante, retumbando dentro de sí, volviéndolo loco. También sentía un ligero malestar en el estómago que le obligaba a quedarse en esa posición─. Está bien. ¿Qué sucedió ayer? Es decir... ─sujetó su cráneo entre sus manos, suspirando ruidosamente─... Tengo vagos recuerdos, pero no es nada claro.

Changbin terminó de doblar las mantas y las dejó sobre una de las camas. ─Primero vamos a desayunar, luego te cuento.

─¿Hice algo malo? ─se apresuró a preguntar, tomando por sorpresa a su novio.

─Depende del concepto que tengas de malo ─Jeno respondió por él. Llegó al lado de la pareja y se agachó en cuclillas, solo que dándoles la espalda, viendo a Jaemin que seguía durmiendo como un bebé en suelo, entre tantas frazadas e incluso con una sudadera del rubio para que no pasara frío. Le picó la cara con el dedo, pero éste ni siquiera se inmutó.

Crazy Babies (En edición)Where stories live. Discover now