Capítulo Final: La epifanía completa

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A la mañana siguiente, Oikawa despertó con su pareja acurrucada en su pecho y no pudo evitar sonreír complacido por la imagen. Se quedó ahí, acariciando con la yema de sus dedos el cabello del otro, hasta que una alarma sonó en el lugar. El pelinegro levantó su cabeza adormilado y apagó el despertador de su mesita de noche.

"Buenos días, Tobio-chan."

"Buenos días..." Murmuró tallándose los ojos.

"¿Dormiste bien? ¿Pudiste descansar?" Oikawa le preguntó sonriendo mientras acariciaba su mejilla.

"Sí. Listo para ir a practicar." Respondió con emoción por poder jugar volley ese día.

"Sé que tienes entrenamiento y lo único que quieres es jugar, pero ayer tenías fiebre y tampoco pudiste descansar muy bien. Tal vez sea mejor que no vayas... solo por hoy."

"Nah, me siento bien." Kageyama se levantó de la cama, dispuesto a prepararse para ir a su entrenamiento, mientras Oikawa solo lanzó un suspiro resignado.

"Si tú lo dices." Luego también salió de la cama, para ir a la cocina a calentar agua y hacer té.

Después de desayunar, ambos estaban por salir de la casa a sus respectivas escuelas, cuando Tobio comenzó a hablar con algo de timidez

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Después de desayunar, ambos estaban por salir de la casa a sus respectivas escuelas, cuando Tobio comenzó a hablar con algo de timidez.

"Emm... Oika- Tooru..." Dijo torpemente mirando hacia el suelo. "Miwa no viene hasta el martes..." Dicho eso, alzó su cabeza como si esperara que el otro dijese algo.

"¿Quieres que me quede esta noche?" El castaño preguntó divertido, recibiendo una respuesta positiva del menor. Se rio con ganas antes de responder. "Deja que le avise a mi madre, y te confirmo, ¿sí?" Luego, tomó su rostro y le dio un suave beso en los labios. "No te fuerces en el entrenamiento, y si te sientes mal, me llamas." Kageyama rodó los ojos.

"Está bien..."

Así cada uno partió a sus propios compromisos. El pelinegro caminaba pensando en todo lo que había ocurrido en el último tiempo, permitiéndose sonreír delicadamente. Respiró hondo, y se tomó su tiempo para disfrutar de como las cosas parecían estar mejorando. Se estaba acercando a la escuela, cuando escuchó que alguien gritaba su nombre con entusiasmo.

"¡Kageyamaaaaa!" Hinata se acercó a toda velocidad para quedar a su lado. "¿Te sientes mejor?"

"Sí, ¿Qué no ves?"

"¡Genial! Porque quiero practicar nuestro ataque." El pelinaranja lo miraba de reojo mientras seguían caminando. "¿Yyyy? ¿No me vas a contar que tal salió todo con el Gran Rey?" La pregunta tomó de sorpresa al armador, quien se sonrojó y le dio un golpe en la cabeza al más bajo. "¡Auch! ¡¿Por qué fue eso?!"

"¡Cállate!"

"Solo quiero saber si está todo bien..." El pelinegro miró sutilmente a su alrededor, ya estando dentro de Karasuno.

La epifanía irónica [Oikage]Where stories live. Discover now