REBOUND｡ minjin ✔️

O2

—siéntate ahí—, le dijo hyunjin, señalando su cama en el extremo izquierdo de la habitación. minho hizo lo que le dijo y se sentó en el borde de la cama, sosteniendo su mano herida en su regazo. hyunjin se acercó con un botiquín de primeros auxilios, se sentó a su lado y lo abrió.

—puede que duela un poco—, dijo, sosteniendo la mano del otro mientras la limpiaba con un hisopo de algodón. el hombre mayor hizo una mueca mientras se limpiaba su corte, limpiando la sangre del área circundante. hyunjin luego sacó una tirita de su equipo, la desenvolvió y la colocó sobre la herida. —perfecto—, habló con una cara de logro.

—gracias—, murmuró minho. —me tengo que ir —se levantó de la cama y se dirigió a la puerta, el hombre más joven lo siguió de inmediato y lo agarró del brazo.

—¡espere! — minho al escucharlo se volteó hacia él. —¿no me vas a decir cómo te lastimaste? ¿o por qué? —hyunjin sólo miró a los ojos del mayor, como si le estuvieran rogando que se quedara.

minho apartó el brazo del otro y se volvió de nuevo hacia la puerta—: que sólo hayas limpiado mi corte, no significa que seamos amigos —y salió de la habitación, golpeando involuntariamente la puerta cuando se fue.

hyunjin suspiró, regresando a su cama y se acostó. se acurrucó en una pequeña bola, sintiéndose inútil, solo. sentía que había estropeado cada oportunidad que tenía de entablar amistad. el hecho de que su compañero de cuarto se hubiera ido de la habitación tan pronto como él se mudó demostró su punto.

todo lo que quería era un amigo.
  

cuando el hombre se metió las manos en los bolsillos una vez más, sintió la brisa fría empujar a través de sus cabellos castaños, finalmente fuera del bloque de apartamentos congestionado. a diferencia de los residentes allí, minho tuvo la suerte de vivir a solo diez minutos en automóvil de la universidad. era la casa de sus padres, y eso no le importaba. significaba que no tenía que preocuparse por conseguir un trabajo todavía y podía concentrarse en sus estudios.

decidió comer algo antes de irse a casa, así que compró unas crepes del pequeño café favorito de su hermana. siempre le traía algo dulce para comer por la mañana. era su propia tradición especial.

deslizó su llave en la cerradura, abriendo la puerta con un fuerte suspiro. sus padres ya estaban en el trabajo, así que no tenía que preocuparse de que lo molestaran por todo lo que pudieran. minho se dirigió directamente a la habitación de su hermana, abriendo la puerta con una amplia sonrisa.

—¡hermano mayor! —saludó ella, extendiendo sus brazos hacia él para darle un abrazo, que él correspondió con gusto.

—holaa, minjee. adivina lo que traje—, dijo, levantando la bolsa.

—¡crepes! —gritó con una gran sonrisa, extendiendo sus brazos con entusiasmo por los dulces.

minho se sentó en la cama uno al lado del otro, entregándole a minjee sus crepes y comiendo los suyos. disfrutaba pasar tiempo con su hermana pequeña y aprovechaba cada segundo que podía para estar con ella.

porque nunca supo cuando se le acabaría el tiempo.