Capítulo 7

56 7 2
                                    

—¡Ya no quiero seguir, Lauren!

—Aún podemos avanzarle un poco más, Alex. —el mueve su cabeza de lado a lado y pone una almohada sobre su cabeza.

—¡Mis neuronas ya no piensan, tienen hambre! —río y guardo el avance que hemos hecho. Entro a YouTube y tecleo el nombre de la canción. Photograph de Ed Sheran empieza a sonar y el instantáneamente se quita la almohada de la cara. Ambos empezamos a cantarla y al acabarse él pone una canción.

—Me gusta mucho esta canción, escúchala. —le da play y mi corazón late con fuerza al reconocerla. Next to me de Imagine Dragons inunda mis oídos, él sube el volumen un poco y acerca su mano a la mía.

¡Tómala, tómala!

Tomo su mano tímidamente y siento que moriré cuando él aprieta la mía. Es... hermoso.

—¡Cariño, ya llegué! –una voz se hace presente y ambos nos separamos.

—Es mamá. —él rasca su nuca y yo lo imito. —Vamos, te la presentaré.

Ambos nos levantamos y bajamos. —Mamá, ella es Lauren. —la mujer voltea y agranda los ojos al verme, se acerca a nosotros con la sonrisa más cálida que he visto en mucho tiempo y me abraza. No tardo en corresponderle el abrazo y nos separamos un poco.

—Eres hermosa, mucho gusto Lauren, soy Liliana. ¿A que debemos el honor de la visita?

—Vine a hacer un proyecto de Administración con Alex, le hemos adelantado bastante.

—Excelente, Alex me dijo que vendría alguien por algo de la escuela, pero nunca menciono a una linda muchachita. —sonrío apenada y ella sonríe también

—Basta mamá, saldrá huyendo. —dice Alex.

—Ups, lo siento querida, recompensaré todo con una comida deliciosa, tomen asiento. —Alex y yo hacemos caso y ella entra de nuevo a la cocina, momento después los tres estamos sentados en la mesa, yo a un lado de Alex y su mamá frente a nosotros.

—¿Y qué tal va ese proyecto? —todos empezamos a comer y al momento de llevar el tenedor cargado de chilaquiles a mi boca me desconecto, es tan delicioso que juro que podría comer esto por el resto de mi vida, la tortilla cruje y el sabor del queso derretido es increíble.

—Vamos bien, aunque aún no lo acabamos, ¿verdad, Lau? —dice Alex y su madre sonríe al momento en que escucha llamarme Lau, me dirige una mirada y yo limpio un poco mi boca con una servilleta.

—Así es pero aún tenemos algunos días, por cierto señora, estos chilaquiles están deliciosos. Hace mucho no comía algo tan rico, mi papá casi no cocina y cuando yo lo hago por lo general son sándwiches. —río suave y ella me imita.

—Qué bueno que te gustaron, Alex también los adora. Puedes venir cuando gustes, podría enseñarte a cocinar lasaña o podríamos hacer una pizza.

Alex sonríe y yo lo imito. —Tranquila mamá, la asustarás con tu entusiasmo. —Ella siempre quiso tener una niña. —me dice.

—¡Oh, pero qué dices! Fui muy feliz al tenerte, sigo siendo feliz, cariño. Pero para una mamá no es lo mismo tener un varón a una mujer, a los 3 años quería hacerle trencitas. —todos reímos y ella mira a su hijo con ternura. —Pero aun así, no me arrepiento de haberte tenido, te amo. Para una madre, un hijo es la luz que ilumina todo, son paz, son armonía, son amor. —me sonríe y toma la mano de Alex, le da un apretón y éste último le dice un 'Te amo' los ojos de su madre toman un brillo, las lágrimas empiezan a asomarse cuando hace un movimiento con su mano. —¡Basta de sentimentalismos, a comer que esto se enfría y no queremos eso!

El arte de mirarte sin poder hacerlo. ©Where stories live. Discover now