El arte de mirarte sin poder hacerlo. ©

Capítulo 8

| Lauren |

Los tortolitos de mis amigos se habían estado desapareciendo mucho, estaba preocupada por ellos, tenía muchas dudas, presentía que algo no iba bien y no me equivoqué puesto que ahora mismo tenía a mi mejor amiga frente a mí, rota y llorando, contándome por todo lo que había estado pasando estas semanas, quería decirle muchas cosas, pero me limité a escucharla durante todo su desahogo. Cuando acabó solo pude abrazarla fuerte, sintiéndome impotente por cada cosa que me relató, lloro con ella y le pido perdón por no darme cuenta antes de esas cosas.

—No tienes que disculparte por algo de lo que no tenías conocimiento ni control, amiga. Creo que las cosas ahora irán mejor, aunque tengo miedo de dar estos pasos, sé que tú, Dylan y ahora Tyler estarán para mí. —dice Dani.

—Sabes que cuentas conmigo para todo y que puedes llamarme en cualquier momento. Te extrañaré esa hora libre de los martes, pero puedo con ello, estoy orgullosa de ti Dani. Verás que con las sesiones del psicólogo vas a estar mejor. —vuelvo abrazarla fuerte y ella me corresponde.

Conocía a Danielle desde que entré a la preparatoria, estuvimos juntas en las clases inductivas y después de eso compartimos el aula de clases, al principio era muy callada y reservada, pero ¿Quién no lo es los primeros días de clases? Cuando entramos en confianza nos volvimos muy buenas amigas, ella era muy divertida, recuerdo que siempre intentaba hacerme reír y lo conseguía, jamás hubiera imaginado que ella tuviera problema con su peso ni con la autolesión, reía todo el tiempo y era una chica muy fuerte. Me di cuenta hasta que inició el verano ya que son demasiado calurosos, hasta para ella era imposible llevar suéter con tan altas temperaturas, empezó a usar pulseras tejidas, siempre llevaba su muñeca izquierda repleta de ellas, de todos colores y formas. Una vez presté demasiada atención a lo que se asomaba entre ellas y ahí fue cuando me enteré, no sabía cómo acércame, pero lo hice y lo primero que hice fue abrazarla, hablamos sobre eso y aunque no fue fácil que ella abriera su corazón, lo hizo, confió en mí y yo hice lo posible para ayudarla. Todo eso reforzó nuestra amistad, nos contamos todo sobre ambas y así nos volvimos mejores amigas.

Su familia me acogió y su mamá se volvió una segunda para mí, era demasiado cálida conmigo, estaba muy cómoda con Dani, aunque claro que teníamos pequeñas discusiones, todos las tienen y más sabiendo que ambas éramos muy orgullosas, pero sabíamos que alguna tenía que ceder y así lo resolvíamos.

Dylan mi otro amigo fue pieza clave para la mejora de Danielle, ellos se conocieron primero, cuando estaba ella en secundaria, pero solo tenían una relación a distancia, no se habían visto en persona y eso muchas veces preocupaba a mi amiga. Ya que ella siempre tuvo problemas con su peso, no era el 'ideal' siempre fue gordita y eso no le agradaba, lo entendía, quería verse bien para Dylan pero empezó a salirse de control durante ese año, me platicó que empezó a dejar de comer y a vomitar lo poco que comía, pero que no pudo continuar con eso ya que el sexto sentido de su mamá salió a flote y la descubrió.
Estuve para ella en cada momento y ella estuvo para mí, Dylan estuvo para ella desde el último año de secundaria hablaron por mensajes, se conocieron, Danielle confió en él, le contó todo sobre ella y viceversa. Él le hizo saber que se había enamorado de ella sin siquiera ver su cara y que eso no cambiaría al conocerse en persona, dijo que ese era amor verdadero y así empezaron su relación, siempre me pareció muy linda y real. Luego se conocieron frente a frente y fue lo mejor, esto ocurrió en el segundo año de preparatoria, y así nos conocimos los tres y confiamos en nosotros. Danielle era y sigue siendo muy fuerte y estoy segura de que podrá con esto, todos tenemos recaídas, lo importante es aprender de ellas y volver a levantarnos.

—Sé que me extrañaras, pero podrías pasar más tiempo con Tyler.

—Eso mismo pensé Dani, es mi amigo y quiero que confíe en mí.