9. THE RED QUEEN 01

169 68 53
                                    

“Hola, C. L.” Contesté, orgullosa de haber dado en el clavo con mis sospechas, justo como lo presentía. “¿O prefieres que te diga Kim Chiến Lê?” Pregunté, volteándome sobre mi asiento, para encontrarme allí con un rostro familiar.

“Llámame como quieras, hermosa.” Pronunció Kim, sonriendo y ubicando una silla frente a mí, para sentarse al reverso de ésta, apoyando sus brazos sobre el respaldo de la silla y colocando una pierna a cada lado de ella.

Tuve la sospecha de que fue Kim en cuanto entendí que, al estar todos en el comedor a la hora del almuerzo, cualquier chico podría haberse colado en los baños de las damas y escribir ese mensaje sin que nadie lo viese. Además, la letra era desprolija y el mensaje torpe, una mujer sería más lista. Como si fuera poco, reconocí el color del labial, era MI labial rojo. Mí preferido, para ser exacta. Ese que había llevado dentro de mi bolso de mano junto con mi teléfono celular a la fiesta en casa de Kim, en donde mis tres objetos, sin mencionar mi ropa, se perdieron y nunca fueron devueltos. Pudo haber terminado en manos de cualquiera, pero la lista se reducía a solo 1 chico con la inicial "C. L." de sus apellidos que tuvo acceso a mí.

“Ya.” Dije, mirándolo seria.—“Dime qué quieres de mí.”

“Fácil.” Sonrió, picaronamente. —“Te quiero a ti.”— Yo arqueé una ceja y tuve que contenerme para no soltar una carcajada.

“Sigue soñando.” Contesté, cruzándome de brazos y poniéndome en modo de defensa.

“Te recuerdo, preciosa, que además de saber tu más oscuro secreto, tengo pruebas. Muy buenas, de hecho.” Fruncí el ceño. Me estaba extorsionando. —“¿Y sabes que es más conveniente?”— Sonrió, para luego remojar los labios lentamente. —“Soy el encargado de la música y de la pantalla gigante para pasar las fotos de las parejas candidatas a Rey y Reina del Baile de Rosas. ¿Cómo crees que reaccionará todo el mundo cuando vea el video que poseo, pasar en esa enorme pantalla?”— Apreté los puños de la furia y tuve que contenerme para no darle una buena golpiza.

“Bien, Kim” Lo corté. Cómo me desagradaba ese tipo. —“Sé más específico. ¿Qué quieres que haga por ti?”— Pregunté, temerosa de su respuesta.

“Tranquila hermosa, no voy a pedirte tu cuerpo.” Comenzó y a pesar de que me tranquilizaba escuchar aquello, lo dijo de una forma tan desagradable que me estremecí de miedo. —“Solo quiero que vayas al Baile conmigo y que ambos nos postulemos para Rey y Reina.”— Arqueé una ceja.

“¿Solo eso?” Pregunté, entrecerrando los ojos de forma desconfiada. —“¿Por qué no simplemente me lo pediste como una persona normal?”

“Ambos sabemos que me dirías que no.” Aclaró él. Era verdad, probablemente me habría negado. —“Y nadie rechaza a Kim, hermosa. Siempre obtengo lo que quiero.”— Que alguien lo calle. Que chiquillo más desagradable. Todo en él era tan repugnante que me causaban ganas de vomitar. —“Ah, y una cosa más.” Lo miré molesta. ¿Qué mas quería? “Tendrás que actuar bien, como si estuvieras loca por mí.”— Ronroneó, mientras pasaba su indicie suavemente por mi mejilla. Yo corrí la cara del asco. —“No, no, no.”— Me regañó, formando una sonrisa con dobles intenciones. —“Recuerda, hermosa: Video.”— Suspiré. Para ser honesta, no me había pedido nada a comparación de lo que en realidad pudo haberme reclamado. Solo tenía que fingir por una noche.

“Trato.” Acepté, suspirando. —“Pero luego del Baile, quiero ver cómo borras ese video y me dejarás en paz.”

“Trato, hermosa.” Contestó él, sonriendo a la vez que se mordía el labio inferior en un intento desesperado por ser seductor.

Luego de mi repugnante charla con el asqueroso de Kim, fui directo a mi casa. El Baile era ese fin de semana. Solo tenía dos días para prepararme psicológicamente.

Teach Me How To Love |LUKAGAMI| COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora